La modelo cubana Rachel Arderi, conocida por su relación con el influencer Oniel Bebeshito, generó gran preocupación entre sus seguidores en Instagram al compartir una foto desde el hospital este jueves. Aunque muchos temieron lo peor, fue la propia Rachel quien, a través de varios videos en sus stories, explicó lo sucedido y abrió una ventana a su vida personal, revelando detalles sobre su salud mental.
El origen de sus problemas de ansiedad
Rachel, quien se ha mantenido muy activa en las redes sociales, decidió compartir con sus seguidores algo muy personal: su lucha contra la ansiedad y los ataques de pánico, condiciones que enfrenta desde hace dos años. La modelo confesó que esta situación tiene sus raíces en un evento traumático ocurrido en su niñez, cuando perdió a un hermano, algo que la marcó profundamente.
En sus declaraciones, Rachel explicó que no fue hasta ese momento cuando comenzó a experimentar estos episodios, los cuales, a lo largo de los años, han afectado su bienestar. Sin embargo, lo que realmente impactó a sus seguidores fue cómo este trastorno le ha venido acompañando en su día a día, algo de lo que no muchos hablaban públicamente.
El incidente del miércoles y el episodio de ansiedad
El miércoles pasado, mientras viajaba en auto con Oniel y unos amigos, Rachel vivió uno de sus episodios más intensos. En el video que compartió con sus seguidores, la modelo detalló cómo, tras consumir algo que en otras ocasiones le había provocado reacciones similares, pensó que no le ocurriría de nuevo. «Por irresponsable pensé que no me pasaría más», confesó.
Lo que siguió fue una serie de síntomas que la alarmaron: manos y pies sudorosos, taquicardia, dolor en el pecho y la lengua dormida. Este ataque, según describió, fue tan fuerte que «se asustó muchísimo», sintiendo un miedo profundo a lo que pudiera ocurrirle. La situación la desbordó, y la preocupación se apoderó de ella.
De la casa al hospital: una carrera contra el miedo
A pesar de que inicialmente fue llevada a su casa, la situación empeoró. Fue entonces cuando decidieron acudir a emergencias. En el hospital, los médicos le realizaron varios estudios para determinar qué estaba ocurriendo. Entre ellos, se incluyeron un electrocardiograma y análisis de sangre, además de tomarle la presión arterial, que estaba muy alta. La atención médica fue clave para estabilizar su condición y calmar el miedo que había experimentado.
Rachel explicó que en el hospital fue medicada con alprazolam, un medicamento utilizado para controlar la ansiedad y los ataques de pánico. Después de recibir la medicación y estabilizarse, pudo regresar a casa y retomar la calma, aunque el susto no fue fácil de superar.
Reflexiones y aprendizajes: el lado humano de Rachel
En los videos que compartió con sus seguidores, Rachel también reflexionó sobre lo que vivió. «Son enseñanzas de la vida», dijo, y añadió: «yo soy una persona que piensa que nada es perfecto, que todos en la vida tenemos algo que es nuestra debilidad, nuestro punto que no se puede tocar». En su caso, la ansiedad y los ataques de pánico son parte de su vida, pero no la definen.
A pesar del susto y la preocupación, Rachel se mostró optimista, dejando claro que su objetivo ahora es «recuperarse y estar muy enfocada en su salud». Su mensaje resonó entre sus seguidores, muchos de los cuales le enviaron mensajes de apoyo y palabras de aliento. Esta experiencia, aunque dolorosa, se convirtió en una oportunidad para que Rachel pudiera compartir con su audiencia una faceta más vulnerable y humana de su vida.
Un mensaje de conciencia sobre la salud mental
Lo que comenzó como una crisis de salud en medio de un viaje, terminó siendo una valiosa lección sobre la importancia de cuidar de nuestra salud mental. Rachel Arderi, al compartir su experiencia de manera tan abierta, ha logrado abrir un espacio para hablar de los trastornos de ansiedad, una condición que afecta a muchas personas, pero que aún sigue siendo estigmatizada en algunas culturas.
«Nada es perfecto,» dijo Rachel, y esa frase se convierte en un recordatorio de que todos tenemos luchas internas, que a veces son invisibles para los demás, pero que no nos hacen menos humanos. Su sinceridad y valentía al compartir este episodio nos invitan a ser más comprensivos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.