Un nuevo frente frío, el sexto de esta temporada invernal, trajo consigo un fuerte oleaje que dejó al malecón habanero literalmente bajo agua. Las zonas bajas del Vedado fueron las más afectadas, con calles inundadas por el desbordamiento del mar. Las imágenes del impacto, compartidas por el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso, muestran la magnitud del fenómeno.
El viento del norte: el causante del caos
El Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET) informó que este frente frío, ubicado sobre Matanzas a las 2:00 p.m., trajo lluvias, tormentas y vientos que alcanzaron rachas de hasta 60 km/h. Este poderoso viento del norte fue el principal responsable de las marejadas que azotaron la costa norte, afectando notablemente al malecón.
Lluvias en el occidente y un clima invernal
Durante la madrugada, la provincia de Pinar del Río recibió las primeras lluvias de este fenómeno, con acumulados que llegaron a los 10.4 milímetros en Santa Lucía. A medida que avanzaba hacia el este, el frente trajo consigo temperaturas frías para el occidente de Cuba, que oscilaron entre los 19 y 22°C, mientras que el resto del país aún enfrentaba temperaturas más cálidas, superiores a los 30°C.
Marejadas persistentes en la costa norte
El INSMET advirtió que las marejadas en la costa norte continuarán siendo un riesgo para áreas como el Vedado. Además, estaciones meteorológicas como la de Casablanca, en La Habana, reportaron ráfagas de viento de hasta 60 km/h, mientras que Bahía Honda, en Artemisa, registró vientos de 59 km/h en horas de la mañana.
¿Qué esperar en las próximas horas?
Conforme el frente frío pierde fuerza y se estaciona sobre el occidente del país, se espera una disminución de las lluvias y las marejadas, aunque las condiciones del mar seguirán siendo peligrosas por un tiempo. Las autoridades han instado a los residentes de las zonas costeras a mantenerse alerta ante posibles inundaciones y a evitar acercarse a las áreas afectadas por el fuerte oleaje.
El malecón, símbolo de la vida habanera, vuelve a ser testigo de la fuerza implacable del invierno cubano. Con cada frente frío, se recuerda la vulnerabilidad de nuestras costas y la necesidad de estar preparados para enfrentar los caprichos de la naturaleza.