El gobierno de Donald Trump ha dado un giro significativo en las políticas migratorias de Estados Unidos al permitir que los agentes de inmigración realicen arrestos en lugares tradicionalmente considerados «sensibles», como escuelas e iglesias. Este cambio busca cumplir la promesa de campaña de llevar a cabo deportaciones masivas, aunque no ha estado exento de críticas.
Adiós a las «ubicaciones delicadas»
Por más de una década, agencias como el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) seguían directrices que limitaban las operaciones en escuelas, iglesias y hospitales. Ahora, estas restricciones han sido eliminadas, otorgando a los agentes mayor libertad para actuar en estos espacios.
En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional expresó que esta medida permite a los agentes capturar a «extranjeros criminales» sin importar si buscan refugio en lugares sensibles. “Los criminales ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados”, declaró la institución.
Impacto en las familias migrantes
Aunque la administración Trump defiende esta política como una herramienta para reforzar la seguridad, activistas y organizaciones han expresado serias preocupaciones. Olivia Golden, directora interina del Centro para la Ley y la Política Social, advirtió sobre sus efectos devastadores: “Esto podría disuadir a las familias inmigrantes de recibir atención médica, buscar ayuda en emergencias o enviar a sus hijos a la escuela”.
Además, Golden destacó el riesgo emocional que implica para los menores presenciar arrestos de sus padres en espacios que deberían ser seguros.
Preparativos en las escuelas y comunidades
Ante estos cambios, muchas instituciones educativas han tomado medidas preventivas. En California, por ejemplo, las escuelas han reforzado políticas estatales que limitan la colaboración con las autoridades migratorias. Diana Díaz, portavoz del Distrito Escolar Unificado de Fresno, aseguró que las escuelas no permitirán la entrada de agentes del ICE sin una orden judicial válida. «Nuestra prioridad es proteger a nuestras familias y estudiantes», afirmó.
En Chicago, la Junta de Educación aprobó una resolución similar, dejando claro que las escuelas no asistirán en la aplicación de leyes migratorias. «Sin una orden judicial, los agentes no tienen nada que buscar aquí», señalaron.
Las iglesias como refugio
Las iglesias han sido históricamente un santuario para migrantes, y este cambio de política refuerza su papel como espacios de resistencia. Según Church World Service, al menos 70 personas buscaron refugio en iglesias entre 2014 y 2018, 51 de ellas durante el primer mandato de Trump.
El reverendo K. Karper, de la Iglesia Metodista Unida en Nueva York, subrayó la importancia de proteger estos espacios. “Nuestra misión es proporcionar un lugar seguro para los recién llegados, independientemente de su estatus”, afirmó. Además, dejó en claro que los agentes no serán bienvenidos sin una orden judicial.