El primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, sorprendió esta semana con un video que desató toda clase de reacciones en redes sociales. Vestido con un uniforme militar que recordaba al fallecido Fidel Castro, Marrero lanzó un mensaje cargado de arrogancia dirigido a Estados Unidos, asegurando que, aunque tengan los equipos y armamentos más modernos, “carecen de lo que sobra en los cubanos: la disposición de combatir y morir por la Patria”.
El discurso, dirigido especialmente a los militares cubanos, fue coronado con un “Estamos muy orgullosos de ustedes”, un comentario que para muchos no fue más que un intento de inflar la moral en un momento complejo para la isla. Sin embargo, las redes sociales no tardaron en estallar, y entre risas e indignación, los usuarios cuestionaron tanto el mensaje como su contexto.
Un mensaje fuera de lugar en tiempos de luto
Lo que muchos han catalogado como “la declaración más tonta del año” llegó en un momento delicado. Apenas unas horas antes, Cuba estaba de luto por las explosiones en una base militar en Melones, Holguín, que dejaron víctimas entre militares y reclutas. Este trágico incidente evidenció, una vez más, las carencias y la falta de seguridad en las instalaciones militares del país.
Mientras el gobierno rendía homenaje póstumo a los fallecidos, el discurso de Marrero pareció fuera de lugar. Para algunos críticos, fue una muestra de insensibilidad, mientras que otros lo vieron como una estrategia fallida para mantener vivo un discurso patriótico que cada vez resuena menos entre los cubanos.
El estilo militar: ¿homenaje o burla?
El uniforme militar de Marrero no pasó desapercibido. Su intento de emular el estilo característico de Fidel Castro generó un sinfín de burlas y memes en redes sociales. Muchos calificaron el video como un “show” mal montado, un esfuerzo desesperado por mantener la imagen de fuerza y resistencia, mientras el país enfrenta serias dificultades económicas y sociales.
Lejos de inspirar, la escena dejó un sabor amargo para quienes ven en este tipo de declaraciones una desconexión total con los problemas reales de la isla. Las tragedias recientes, como las explosiones en Holguín, dejan claro que los desafíos son muchos y que los discursos grandilocuentes no los resolverán.