La comunidad cultural cubana está de luto tras el lamentable fallecimiento del actor Lázaro Guillermo Gómez, conocido por su talento en el escenario y la pantalla, pero cuya muerte ha destapado una cruda realidad sobre las condiciones de vida y el sistema de salud en Cuba. Su partida ha generado indignación y un llamado urgente a la reflexión.
Una cadena de abandono
Según se denunció en redes sociales, Lázaro Guillermo Gómez fue trasladado en patrulla al policlínico de 15 y 18, en La Habana, debido a su delicado estado de salud. El actor, quien había perdido una pierna y enfrentaba complicaciones severas en la otra, se encontraba en una situación vulnerable. Sin embargo, la historia que siguió es desgarradora.
Después de pasar por el policlínico, fue derivado al hospital Fajardo, donde, según se reporta, no lo ingresaron. Horas después, su cuerpo frágil y deteriorado fue encontrado abandonado en una esquina de 23 y L. Un médico identificado como Lázaro Daniel, fiel al juramento hipocrático, lo rescató de la calle, lo subió a una silla de ruedas y logró que fuera admitido en el hospital Calixto García. Para entonces, era demasiado tarde: el actor presentaba un edema generalizado y parámetros críticos que culminaron en su muerte.
Indignación y señalamientos
Vecinos y conocidos de Lázaro Guillermo expresaron su frustración ante el trato inhumano recibido. Durante más de un mes, intentaron sin éxito que fuera ingresado en un hospital. Además, se denunció que en algún momento del proceso su teléfono móvil fue robado, dejando al actor incomunicado en sus últimos días.
“Hasta cuándo la tristeza! Hasta cuándo tenemos que vaciar bolsillos para ser tratados como personas!”, exclamó un vecino en un conmovedor testimonio que también reclamó un entierro digno para el actor, quien dejó una hija aparentemente ajena a su situación. Las críticas también se extendieron a la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), exigiendo mayor respaldo a los artistas en vida.
La voz de Erdwin Fernández
El actor cubano Erdwin Fernández compartió su pesar en redes sociales, recordando a su colega con afecto: “Coño, Lázaro, ‘el negro’, buen actor, buen amigo y un poco loco… pero, ¿quién no?”. Sin embargo, su mensaje también fue una denuncia directa contra el sistema. “Denuncio tanto un sistema y sus indiferentes, y no es política. Porque por esa misma indiferencia hoy, Lázarito ‘el negro’, el actor, el ser humano, falleció en el abandono. ¿Y mañana quién será? ¿Tu familia? ¿Tú?”, escribió.
Fernández también destacó la valentía del médico que rescató a Gómez y criticó la desidia institucional. Su mensaje resonó ampliamente, generando una ola de solidaridad y reflexión en las redes sociales.
Un llamado a la acción
La muerte de Lázaro Guillermo Gómez no solo representa la pérdida de un talento artístico, sino también pone en evidencia las graves fallas del sistema de salud y la falta de atención hacia los más vulnerables. Su historia ha reabierto el debate sobre el trato a los artistas retirados y la necesidad de garantizarles una vejez digna.
Las denuncias que surgieron tras su fallecimiento no solo señalan la indiferencia institucional, sino también la falta de recursos y la desconexión entre las instituciones culturales y sus miembros. Para muchos, este caso debe ser un punto de inflexión.
Una vida que merece ser recordada
Lázaro Guillermo Gómez, conocido por su carisma y entrega en cada papel que interpretó, deja un legado en la cultura cubana. Su vida y su muerte se convierten en un llamado urgente a no olvidar a quienes entregaron su arte al pueblo. El respeto y la gratitud no deben llegar tarde; deben manifestarse en vida.
Hoy, mientras colegas, amigos y admiradores lamentan su partida, la historia de “Lázarito”, como lo llamaban con cariño, sirve como un recordatorio de que la humanidad y la dignidad deben prevalecer por encima de cualquier circunstancia. En paz descanse, Lázaro Guillermo Gómez.