El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, calificó como una «burla» la reciente decisión de Donald Trump de reincorporar a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Este movimiento, que llega apenas seis días después de que Joe Biden la excluyera, ha desatado fuertes críticas desde La Habana.
En una serie de mensajes publicados en X, Díaz-Canel describió esta acción como un «acto de arrogancia y desprecio por la verdad». Según el mandatario cubano, la decisión responde a un intento de fortalecer “la cruel guerra económica contra Cuba” con claros fines de dominación. “Prevalecerá la legítima y noble causa de nuestro pueblo, que una vez más vencerá”, aseguró con firmeza.
El presidente también aprovechó para criticar las sanciones impuestas por Trump durante su primer mandato, las cuales, según dijo, generaron graves carencias en la población cubana y un aumento significativo de la migración hacia Estados Unidos. Esta decisión, en palabras de Díaz-Canel, reafirma el descrédito de los mecanismos unilaterales utilizados por Washington para imponer coerciones.
La reincorporación de Cuba al listado fue oficializada este lunes, cuando Trump revocó la orden ejecutiva de Biden del 14 de enero. Cabe recordar que Biden había justificado su medida con el objetivo de facilitar la liberación de presos cubanos, un proceso en el que el Vaticano tuvo un papel clave como mediador. En ese contexto, el gobierno cubano anunció la liberación de 553 personas sancionadas, consideradas presos políticos por varias ONG.
Durante su primer mandato, Trump justificó la inclusión inicial de Cuba en el listado en 2021 debido a la presencia en la isla de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes se encontraban en La Habana para participar en negociaciones de paz con el gobierno colombiano. Aunque Cuba había sido parte de esta lista desde 1982, fue retirada en 2015 gracias al acercamiento diplomático liderado por Barack Obama, un proceso que buscó abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales.
Sin embargo, este «deshielo» fue frenado por Trump, quien revirtió muchas de las medidas adoptadas por Obama y reforzó las sanciones económicas contra el gobierno cubano. Ahora, con su regreso a la presidencia, el magnate republicano parece decidido a continuar con su política de mano dura hacia la isla.
La decisión de incluir nuevamente a Cuba en este listado genera un debate internacional sobre las verdaderas motivaciones detrás de esta medida y sus implicaciones para la población cubana. Mientras algunos ven esto como un paso necesario para presionar al gobierno de La Habana, otros consideran que no hace más que perpetuar una estrategia fallida que afecta principalmente al pueblo cubano. ¿Será este un capítulo más en la larga historia de tensiones entre ambos países o un punto de inflexión hacia un futuro más incierto?