El Senado de Estados Unidos dio luz verde a Marco Rubio como secretario de Estado. Este lunes, el senador por Florida fue confirmado de manera unánime, convirtiéndose en el primer hispano en ocupar este prestigioso cargo diplomático. Un hecho histórico para el hijo de inmigrantes cubanos.
Un respaldo unánime en el Senado
Con 53 años, Rubio es el primer miembro confirmado del gabinete del presidente Donald Trump, quien asumió el cargo ese mismo día. El senador, quien ocupa su escaño desde 2010, se ganó el respeto de sus colegas, lo que facilitó una confirmación rápida y sin controversias. «Es lo apropiado», declaró Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata, a pesar de las diferencias políticas.
Un líder con experiencia en política exterior
La senadora Jeanne Shaheen destacó la relación de trabajo con Rubio y su dominio en temas internacionales. Rubio ha sido reconocido por su postura firme frente a China e Irán, y por ser un defensor de las sanciones a regímenes como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Durante su audiencia de confirmación, Rubio también expresó su disposición a buscar soluciones diplomáticas para poner fin a la guerra en Ucrania.
De «Pequeño Marco» a un peso pesado en la política estadounidense
Rubio saltó a la fama nacional en 2016 al competir por la nominación presidencial republicana. Aunque Trump lo apodó «Pequeño Marco» durante las primarias, Rubio posteriormente le brindó su apoyo. Esta relación evolucionó, y en las elecciones más recientes, Trump lo consideró para la Vicepresidencia antes de elegir a J.D. Vance.
Un guiño a la comunidad latina
El nombramiento de Rubio como secretario de Estado se interpreta como un gesto hacia la población latina, que demostró un apoyo histórico al partido republicano en las últimas elecciones. Su posición como figura prominente y su experiencia en política exterior lo convierten en un jugador clave para la nueva administración.
Con esta decisión, Marco Rubio no solo escribe un capítulo nuevo en su carrera, sino también en la historia de la diplomacia estadounidense. ¡Ojos puestos en su próximo movimiento!