La Unión Eléctrica (UNE) de Cuba enfrentó otro domingo complicado el 19 de enero, al anunciar que las unidades 5 y 8 de la Termoeléctrica Máximo Gómez, en Mariel, estaban fuera de servicio. Este hecho sorprendió, ya que estas plantas no figuraban en el reporte oficial diario como averiadas hasta ese momento.
El panorama empeoró con la salida de operaciones de la Termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas, ocurrida el sábado anterior. Aunque esta planta aparece en mantenimiento, la realidad es que sufrió un «malfuncionamiento de válvulas de control». Las autoridades aprovecharon para realizar una intervención técnica general, según informó la UNE.
Cifras y Contradicciones
Las matemáticas de la UNE generan dudas. Con los 245MW que dejó de aportar la Guiteras, más los 64MW y 71MW de las unidades 5 y 8 de Mariel, el déficit total debería ser mayor a los 275MW reportados. Además, la unidad 2 de Felton también está averiada, mientras que otras plantas en Santa Cruz del Norte, Cienfuegos y Santiago de Cuba están en mantenimiento.
El problema no termina ahí. La falta de combustible ha dejado fuera de servicio 52 centrales de generación distribuida, sumando 276MW menos al sistema. A pesar de todo, la UNE pronosticó una disponibilidad de 1.750MW para el domingo, cubriendo apenas el 50% de la demanda nacional, que alcanza un máximo de 3.100MW. El déficit proyectado en horario pico sería de 1.420MW, superando los 1.384MW del sábado anterior.
El Malestar de los Cubanos
Más allá de las cifras, los cubanos enfrentan una crisis eléctrica que parece no tener fin. Desde 2021, las afectaciones se han agravado, y las redes sociales son el reflejo del descontento popular. En el perfil oficial de la UNE, los comentarios de los usuarios retratan la realidad cotidiana.
Alexis Manso Díaz, por ejemplo, denunció: “En Mayabeque, la planificación es una formalidad. Te enteras del apagón cuando ya se fue la luz y revisas el canal de Telegram para entender por qué. Nunca sabes cuánto durará”. Además, señaló la falta de equidad en las afectaciones: “Unos tienen apagones de dos horas, otros de doce. Es un castigo psicológico”.
Preocupaciones por el Futuro
Yusiliana Álvarez Acosta expresó un temor común: “Si esto pasa en enero, con temperaturas bajas, en julio y agosto, con suerte, tendremos dos horas de luz al día”. Daisy González, por su parte, ironizó: “Parece que los hogares cubanos tienen calefacción, porque la demanda no baja ni en invierno”.
Una Historia que se Repite
Deivis Alpízar fue contundente al apuntar: “El problema es el de siempre: no hay combustible. Si el año pasado se cayó el sistema eléctrico nacional tres veces, este año vamos peor”. Gema González, mientras tanto, compartió su frustración: “Me acuesto y me levanto a oscuras. Llevamos años en esta pesadilla y cada vez peor, sin esperanza alguna”.
Sin Luz al Final del Túnel
El panorama eléctrico en Cuba es sombrío. Mientras las autoridades intentan justificar los cortes con mantenimientos y fallas técnicas, la realidad es que el sistema no logra satisfacer las necesidades básicas de la población. Los cubanos, cansados de vivir en penumbras, claman por soluciones reales, pero la esperanza se desvanece junto con cada apagón prolongado.
¿Habrá algún día estabilidad eléctrica en la Isla?