En el barrio de Cocosolo Zamora, en Marianao, la situación relacionada con las drogas ha dado un giro significativo en los últimos días. La comunidad ha comenzado a notar cómo las autoridades han intensificado los operativos para combatir esta problemática creciente.
Un operativo que sacudió el vecindario
Ayer, el barrio fue testigo de un amplio operativo policial en las calles 144 entre 37 y 39, y 144 entre 39 y 41. Durante la redada, las fuerzas del orden detuvieron a un matrimonio conocido como “Pocholo” y Yamicel, junto con un individuo apodado “El Tosky”. Según vecinos de la zona, estas personas estaban involucradas en la venta de los llamados “papelitos”, una referencia común para ciertas sustancias ilícitas.
Lo más impactante del operativo fue el intento desesperado de los implicados por deshacerse de la evidencia, arrojando algunos paquetes por el tragante. Sin embargo, la rápida actuación policial impidió que lograran su cometido, asegurando el material y las detenciones.
Un problema que no deja de crecer
El consumo y la venta de drogas en Cuba han experimentado un aumento alarmante en los últimos años. Incluso el gobierno ha reconocido esta tendencia preocupante, que involucra a jóvenes de apenas 16 a 19 años, tanto como consumidores como distribuidores. Lo más preocupante es que estas sustancias están llegando incluso a las escuelas secundarias y preuniversitarias, afectando a menores de edad.
El peligroso auge del “químico”
En Cuba, el consumo está cambiando. Si antes predominaban el alcohol y la marihuana, ahora el “químico” se ha convertido en una opción cada vez más común. Según datos oficiales, esta sustancia está relacionada con el 47 % de los incidentes vinculados a las dr0g4s en lo que va de año.
Este compuesto, de bajo costo pero alto riesgo, incluye ingredientes como fármacos para la epilepsia, formol y anestesia para animales, mezclados con una base de cannabis. Aunque los componentes exactos no siempre son claros, los efectos devastadores de este cóctel químico están dejando una huella alarmante en la sociedad cubana.
Jóvenes en el epicentro de la crisis
El impacto de las drogas en la juventud es innegable. Según estimaciones del Centro de Salud Mental de Centro Habana, algunos menores experimentan con estas sustancias desde los 13 o 14 años. Adolescentes de octavo y noveno grados, e incluso estudiantes de primero y segundo año en escuelas técnico-profesionales, están siendo utilizados como distribuidores.
Este panorama evidencia no solo la magnitud del problema, sino también la necesidad de políticas efectivas para proteger a las generaciones más jóvenes.
Culpas y responsabilidades en debate
Aunque las estadísticas oficiales son preocupantes, el régimen parece evadir su responsabilidad, culpando a la diáspora cubana por la proliferación de drogas en la isla. Mientras tanto, la realidad muestra que esta crisis se desarrolla en un contexto de profunda precariedad económica y social.
El acceso a las drogas también refleja las desigualdades económicas del país: quienes tienen más recursos optan por cocaína, mientras que la clase media prefiere la marihuana, y el “químico” se convierte en la única opción para las personas con menos posibilidades.