La pérdida de José Téllez, conocido con cariño como El Chico Bombón, ha dejado un vacío enorme en la comunidad de humoristas cubanos en Miami. Su colega y amiga Cuqui la Mora compartió un emotivo mensaje en sus redes sociales, reflejando el amor y respeto que tantos sentían por él. «Como duele esto, por Dios», escribió Cuqui, dejando entrever la profunda tristeza que ha embargado a quienes lo conocieron.
Un gesto colectivo lleno de solidaridad
En menos de 24 horas, amigos, colegas y dueños de negocios se unieron para recaudar los fondos necesarios que permitan darle a José la despedida que se merece. Este esfuerzo colectivo demuestra el impacto que tuvo en la vida de quienes lo rodearon y la admiración que siempre despertó.
Aunque todavía se están afinando los detalles, Cuqui anunció que pronto compartirán la información del funeral para que todos puedan asistir y rendir homenaje a El Chico Bombón. La despedida promete ser un evento cargado de amor y respeto, como lo hubiera querido José.
Un legado de amor y humor
Cuqui también dedicó palabras llenas de gratitud al compadre de José, Juan Carlos, y a su familia, reconociendo el cariño y la dedicación que siempre le brindaron. «Epd, amigo», concluyó Cuqui, una despedida sencilla pero llena de significado, como su propia amistad.
El periodista Guillermo Rodríguez informó que fueron amigos cercanos quienes hallaron sin vida a José Téllez en su hogar. Las autoridades locales ya han iniciado las investigaciones pertinentes, aunque hasta el momento no se han divulgado detalles adicionales sobre las posibles causas de su deceso.
Un humorista con una trayectoria inolvidable
Nacido el 13 de agosto de 1968 en La Habana, José Téllez comenzó su vida profesional en un campo muy distinto al humor. Graduado en Diseño Mecánico Industrial, pronto descubrió que su verdadera vocación estaba en las artes escénicas. En 1989, dio sus primeros pasos como humorista integrando el grupo cómico Los Hepáticos, compartiendo escenario con el reconocido Carlos Vázquez «Riquimbili».
Desde esos inicios, Téllez demostró un talento inigualable, participando en eventos de alto nivel como el Festival Nacional del Humor Aquelarre y siendo uno de los fundadores del Centro Promotor del Humor en 1993.
Compromiso social a través del humor
La trayectoria de José Téllez incluyó su participación en grupos como Posdata y Humor y Medio. Junto a Sergio Enrique Morlán, llevó el humor a comunidades remotas de Cuba, contribuyendo a importantes proyectos sociales, entre ellos, programas de prevención del VIH. Este compromiso no solo mostraba su habilidad para hacer reír, sino también su sensibilidad hacia las necesidades de su pueblo.
De Cuba al cine y el exilio
En 2005, José alcanzó gran reconocimiento por su papel de «Yury» en la película Un Rey en La Habana, dirigida por Alexis Valdés. Este trabajo dejó una huella indeleble en el cine cubano y consolidó su lugar en la memoria de quienes disfrutaron de su interpretación. Su mudanza al sur de Florida marcó una nueva etapa en su carrera, donde se convirtió en una figura querida entre la comunidad cubana en el exilio. Con su carisma, conquistó teatros y centros nocturnos, destacándose por sus imitaciones y parodias que conectaban con las vivencias de la diáspora.
Un puente entre generaciones y culturas
En plataformas digitales como Pronyr TV, Téllez expandió su influencia, sirviendo como un lazo entre las tradiciones humorísticas cubanas y un público más amplio. Su capacidad para adaptarse y resonar con diferentes generaciones demostró su talento y versatilidad.
El humor como herramienta de sanación
En una de sus últimas entrevistas, Téllez reflexionó sobre el poder del humor: “El humor no solo es para reír, también es una manera de sanar. Si logro que alguien olvide sus problemas, aunque sea por un rato, ya me siento realizado”. Estas palabras resumen el impacto profundo que tuvo en su audiencia y en la cultura cubana.
