Cuando pensabas que la situación en Cuba no podía empeorar, llega una noticia que sacude hasta las fibras más profundas de la dignidad humana. Desde Santiago de Cuba, se reporta que los ataúdes utilizados para los entierros están hechos de cartón. Sí, cartón. Un material que, además de frágil y efímero, simboliza la indiferencia del gobierno hacia su pueblo.
La denuncia la hizo el periodista Yosmany Mayeta, quien compartió impactantes imágenes en redes sociales. En ellas, se ve claramente la precariedad de los servicios funerarios. Como era de esperar, la noticia se hizo viral en Facebook, y cientos de ciudadanos de diferentes provincias comenzaron a compartir historias similares.
Un problema que afecta a todo el país
En Palma Soriano, una habitante relató que las cajas también son de cartón porque no hay petróleo para transportar madera desde las montañas de Guadalupe, conocidas por su abundancia de anacahuita. Otro usuario de Cienfuegos denunció que los ataúdes se improvisan con materiales como cajas de refrigeradores o envases de pollo. ¡Una situación tan surrealista como indignante!
En Santiago de Cuba, la crisis va más allá de los ataúdes. Algunos comentarios revelaron que los fallecidos son transportados en camionetas, tractores o incluso carretillas. «Hace tiempo que las cajas fúnebres son de cartón», señaló un usuario con resignación. En Manzanillo, no solo faltan cajas; a veces ni siquiera hay vehículos fúnebres disponibles.
La indignación ciudadana no se hace esperar
El temor de que los restos de los fallecidos se mezclen por la fragilidad del cartón es una preocupación recurrente. «Con esas cajas de cartón, los cuerpos se descomponen rápido y terminan unos encima de otros. Es algo inaudito», expresó un usuario en redes.
Muchos ciudadanos apuntan directamente al gobierno como responsable de esta crisis. Un usuario fue más allá al describirlo como «el único enemigo del pueblo».
Una herida emocional que no cicatriza
Desde hace tiempo, los ataúdes de cartón se han convertido en un triste símbolo de la precariedad. La antillana Yudith Despaigne compartió una experiencia personal cuando enterró a su abuelo en un ataúd fabricado con cajas de cerveza Cristal. La indignación que sintió fue tal que su denuncia en redes sociales se volvió viral antes de ser censurada.
El uso de cartón para despedir a los seres queridos amplifica el dolor de las familias cubanas. En un momento que debería estar lleno de respeto y amor, enfrentan una humillación que perpetúa el sufrimiento. Esta situación no solo refleja una crisis material, sino también una crisis de valores que afecta profundamente la dignidad humana en Cuba.
Un llamado a la reflexión
La realidad de los ataúdes de cartón es un espejo de la crisis estructural en la Isla. La falta de recursos y organización ha llevado a las familias cubanas a vivir una pesadilla incluso en los momentos más solemnes. Esto no solo es un tema de indignación, sino también de acción para exigir un cambio que devuelva a los ciudadanos la dignidad que merecen.