Ángel Ramis, el icónico humorista cubano famoso por su personaje del Cabo Pantera, abrió su corazón en el podcast La Rigoterapia de Rigoberto Ferrera. En una conversación sincera, el comediante habló sobre su carrera, sus momentos más oscuros y cómo logró superar el alcoholismo, una batalla que casi le cuesta todo.
“Me estaba volviendo loco”: Los días más duros de Ángel Ramis
En el punto más bajo de su vida, Ramis enfrentó una lucha personal con el alcoholismo que lo llevó al borde del abismo. El comediante confesó que su adicción lo afectó profundamente, alterando su percepción de la realidad: “Soñaba cosas que no pasaban y me disculpaba con personas por cosas que nunca hice”.
El punto de quiebre llegó cuando fue expulsado de un grupo humorístico después de presentarse en estado de embriaguez. Uno de los momentos más vergonzosos fue cuando no lo dejaron subir al escenario frente al Centro Promotor del Humor, dirigido por Osvaldo Doimeadiós. Ese día, que describe como “el peor de su vida”, lo impulsó a buscar ayuda en Alcohólicos Anónimos.
El inicio de un sueño en Las Tunas
Antes de ser una estrella, Ramis creció en Santo Domingo, Las Tunas, en un ambiente rural lleno de música y repentismo que marcó su estilo humorístico. Aunque se graduó como profesor de construcción civil, pronto descubrió que su verdadera pasión era el humor. “Iba a los festivales de aficionados, y ahí fue donde todo comenzó”, recordó.
Su primer gran éxito llegó con el monólogo El Feo, que mezclaba realidad social e ironía, y lo llevó a ser parte de grupos como Los Avispas y, más tarde, al Centro Promotor del Humor en La Habana.
El Cabo Pantera y el legado del humor cubano
Uno de los momentos más importantes de su carrera fue interpretar al hilarante Cabo Pantera en el programa Jura Decir la Verdad, un personaje que se convirtió en un ícono de la televisión cubana. Su estilo único y su habilidad para conectar con el público lo hicieron destacar. “Siempre trato de actualizar mis espectáculos con lo que está pasando. El humor es una forma de narrar la vida”, comentó.
Ramis también destacó la unión entre los humoristas cubanos, describiendo al Centro Promotor del Humor como una familia. Trabajó con grandes figuras como Ulises Toirac, Carlitos Gonzalvo y Osvaldo Doimeadiós, creando un gremio sólido que siempre se apoya, incluso en tiempos difíciles.
Familia, humor y resiliencia
Hoy, Ángel Ramis encuentra equilibrio en su vida gracias a su familia y amigos. Con tres hijos que son su mayor orgullo, asegura que el apoyo de sus seres queridos fue clave para superar sus problemas y seguir adelante.
“El humor es un puente para llegar al alma de las personas. Me salvó la vida, y ahora quiero devolverle algo a través de lo que hago”, concluyó. Su historia de resiliencia y superación no solo inspira, sino que demuestra que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz al final del túnel.
