El régimen cubano excarceló este miércoles a Katia Beirut, una paciente oncológica de 39 años, quien había sido condenada tras participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en el barrio de la Güinera, en La Habana. Beirut fue liberada bajo libertad condicional y enfrenta varias restricciones, según confirmó en redes sociales Salomé García Bacallao, activista y defensora de los derechos humanos.
Una familia dividida por la represión
A pesar de la liberación de Katia, su padre, Fredy Beirut, de 66 años y con múltiples enfermedades crónicas, sigue encarcelado. Según denuncias, Fredy no tiene acceso a los medicamentos que necesita, a pesar de que en 2023 le habían notificado sobre su posible liberación.
Ambos fueron condenados inicialmente a 20 años de prisión por el delito de sedición, pero tras un recurso de apelación, las sentencias se redujeron: Katia recibió 10 años y Fredy, nueve. Sin embargo, el tiempo no ha aliviado la situación de Fredy, quien permanece en prisión mientras su salud se deteriora.
Madre, paciente y presa política
Katia, madre de dos hijos, se convirtió en una de las primeras personas liberadas bajo acuerdos entre el régimen cubano y Estados Unidos, con la mediación del Vaticano. Sin embargo, su liberación no significa el fin de las tensiones para su familia, especialmente ante la incertidumbre sobre el futuro de su padre, uno de los presos políticos de mayor edad encarcelados por las manifestaciones.
En septiembre de 2022, la madre de Katia solicitó ayuda urgente para su hija, luego de que su yerno la encontrara en condiciones preocupantes durante una visita a la cárcel. Katia presentaba fiebre alta y hematomas en el cuerpo, síntomas de una pérdida de plaquetas que se había agravado durante meses debido a su delicado estado de salud.
Testigos de un asesinato silenciado
Fredy y Katia no solo fueron condenados por participar en las protestas, sino también por ser testigos directos del asesinato de Diubis Laurencio, el único fallecido reconocido oficialmente por las autoridades cubanas durante la represión del 11J. Laurencio, un hombre negro, residente de un barrio marginalizado, fue asesinado de un disparo en la espalda por la Policía mientras se encontraba desarmado.
Aunque la Fiscalía militar calificó el asesinato como «defensa propia», los videos del incidente muestran que Laurencio solo tenía un celular en sus manos al momento del disparo. Según la periodista independiente Claudia Padrón Cueto, el mayor «delito» de Fredy y Katia fue ser testigos de este acto de violencia, algo que, sostiene, están pagando con años de prisión y sufrimiento.