El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió el pasado 14 de enero al anunciar la retirada del régimen cubano de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo elaborada por el Departamento de Estado. Este movimiento, según un comunicado oficial de la Casa Blanca, refleja una nueva postura hacia La Habana que podría tener implicaciones significativas en las relaciones bilaterales.
¿Por qué se tomó esta decisión?
Según el documento oficial, esta medida se basa en la evaluación de que Cuba no ha brindado apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses y en las garantías ofrecidas por el régimen de no involucrarse en actos de esta naturaleza en el futuro. Este argumento parece marcar un giro en la política estadounidense hacia la Isla, aunque no está exento de críticas y reservas.
¿Un acuerdo mediado por la Iglesia Católica?
La BBC, citando medios estadounidenses, sugirió que esta decisión podría estar vinculada a un acuerdo negociado por la Iglesia Católica. Según estos reportes, como parte de este entendimiento, el Gobierno cubano liberaría a los manifestantes encarcelados durante las protestas sociales del 11 y 12 de julio de 2021, que dejaron una huella imborrable en la memoria reciente de la Isla.
Reacciones desde La Habana
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) reaccionó con un comunicado que, aunque reconoció la medida como positiva, la calificó de «carácter limitado». Según el MINREX, Biden también decidió usar su autoridad presidencial para bloquear demandas bajo el Título III de la Ley Helms-Burton y eliminar la lista de entidades cubanas restringidas, facilitando ciertas transacciones financieras.
Pese a estos avances, el comunicado fue enfático al señalar que el bloqueo económico y muchas de las medidas coercitivas impuestas desde 2017 siguen vigentes, limitando el desarrollo económico y social de la Isla.
Un sistema bajo presión
El MINREX destacó que Cuba continúa enfrentando restricciones severas, como la persecución de suministros de combustible y la obstrucción de acuerdos de cooperación médica internacional. Estas acciones, según el comunicado, no solo afectan a Cuba, sino también a millones de personas en otros países que dependen de los servicios médicos cubanos. Además, las sanciones financieras internacionales y las amenazas a buques mercantes que operan en Cuba agravan la situación económica.
¿Un cambio tardío?
En su declaración, el Gobierno cubano expresó que esta decisión, aunque positiva, llega tarde. «Es una corrección que debió haberse materializado hace años, como un acto elemental de justicia», afirmó el MINREX. También advirtió que la administración entrante, liderada por Donald Trump, podría revertir estas medidas, como ha ocurrido en el pasado.