Después de más de una década de promesas y proyectos incompletos, el estadio La Polar, uno de los emblemas del fútbol en La Habana, está en pleno proceso de renovación gracias a una inversión millonaria. Este icónico espacio deportivo, fundado en 1929, se alista para su gran reapertura en marzo, justo a tiempo para un crucial partido de clasificación a la Copa Oro 2025.
Según José Yulier Herranz, representante de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC), ya han llegado al país 1.7 millones de dólares en materiales destinados a la obra. «Tenemos gradas, camerinos, sistema de riego, luces… todo para un estadio con condiciones internacionales», declaró en entrevista con Cubavisión Internacional. Aunque el optimismo parece estar en el aire, muchos aún recuerdan las largas esperas y las promesas incumplidas que marcaron la historia reciente de La Polar.
Este proyecto, financiado en gran parte por la FIFA, lleva más de 12 años entre planes y pausas. De hecho, el estadio ya recibió varias veces fondos millonarios a través del «Proyecto Gol», incluyendo una donación en 2017 que permitió instalar césped sintético, el primero en Cuba. Pero, como señala el escritor Ariel Maceo, “las gradas nunca se llegaron a poner” y los recursos destinados a otras mejoras parecen haberse desvanecido en el aire.
En esta ocasión, el gobierno cubano asegura que no habrá más retrasos. Según Oliet Rodríguez, presidente de la AFC, además de las mejoras al terreno de juego, se están construyendo nuevas estructuras socio-administrativas, como cafeterías y camerinos modernos. Sin embargo, queda la incógnita de si los trabajos cumplirán con los estándares necesarios para que Cuba pueda finalmente disfrutar de un estadio a la altura de las expectativas.
Más allá de las infraestructuras, esta renovación llega en un momento crucial para el fútbol cubano. En marzo, el equipo nacional enfrentará a Trinidad y Tobago en un duelo clave para avanzar en la Copa Oro de Concacaf 2025. La esperanza es que La Polar sea el escenario de un nuevo capítulo para el fútbol en la isla, aunque muchos aficionados se mantienen escépticos.
El reto no es solo renovar un estadio, sino también recuperar la confianza de una afición que ha visto cómo los recursos destinados al deporte han sido, en más de una ocasión, mal gestionados. ¿Será esta la vez que La Polar recupere su brillo y con él, la fe en el futuro del fútbol cubano?