El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) mantuvo un silencio casi absoluto sobre el trágico accidente del 7 de enero en un almacén de armamentos en Holguín, donde las explosiones dejaron un saldo confirmado de 13 militares fallecidos, incluidos nueve jóvenes que cumplían el Servicio Militar Obligatorio. Mientras tanto, el MINFAR ha centrado su atención en promover el «Bastión Estudiantil Universitario», programado para el próximo 21 de enero, una iniciativa que busca involucrar a estudiantes en ejercicios militares.
Un bastión estudiantil en medio de la tragedia
A través de varias publicaciones en su página oficial de Facebook, el MINFAR ha compartido fotos y videos de jóvenes manejando armas, recordando que la preparación militar para estudiantes universitarios comenzó en 1975. Según la entidad, esta actividad refuerza la «tradición revolucionaria» y refleja una «doctrina de guerra de todo el pueblo», aunque no existe una amenaza militar concreta contra el país.
Sin embargo, esta propaganda llega en un contexto tenso, ya que la tragedia en Holguín y la falta de respuestas oficiales han generado críticas en redes sociales. Comentarios como el de Liván Guillén Barroso, quien mencionó las «máscaras y explosiones químicas en Holguín», reflejan el descontento de una parte de la población que exige mayor transparencia.
Críticas al Servicio Militar Obligatorio y su costo humano
El accidente de Holguín ha reavivado el debate sobre la imposición del Servicio Militar Obligatorio en Cuba. Usuarios en redes sociales han cuestionado la política de enviar a jóvenes sin preparación adecuada a manejar armamento. Además, muchos critican el silencio del MINFAR sobre la tragedia de Melones, como lo expresó Ernesto Almaguer Díaz: «Ni una nota más, ni un seguimiento al menos discreto en cuanto a noticias sobre la tragedia de Melones. ¿Por qué?».
El rechazo al Servicio Militar no es nuevo, pero ha cobrado fuerza desde que en 2023 el régimen endureció las sanciones contra quienes evaden esta obligación, con penas de hasta cinco años de cárcel según el nuevo Código Penal Militar. Este tipo de medidas solo intensifican las preocupaciones sobre los riesgos y sacrificios que enfrentan los jóvenes al ser obligados a servir.
Una tradición militar cuestionada
Aunque el MINFAR resalta la participación estudiantil como un «compromiso revolucionario», muchos ven estos ejercicios como una forma de propaganda que ignora los costos humanos de las políticas militares. La usuaria Mildre Sedeno criticó abiertamente al régimen al señalar: «Lo asumen obligados y coaccionados, embusteros. Den la cara por las tantas vidas de jóvenes perdidas en el Servicio Militar Obligatorio».
Un llamado al recuerdo y la transparencia
El accidente en Holguín no solo dejó un vacío irreparable para las familias de los fallecidos, sino que también puso en evidencia la necesidad de mayor transparencia y responsabilidad por parte de las autoridades. Mientras el MINFAR promueve el Bastión Estudiantil, muchos se preguntan cómo se puede justificar un sistema que obliga a los jóvenes a enfrentarse a peligros mortales en nombre de una ideología que cada vez cuenta con menos respaldo entre la población.
La tragedia de Melones, más que un accidente, ha puesto en el centro del debate una práctica militar que sigue cobrando vidas y dejando cicatrices profundas en las familias cubanas.