El gobierno cubano ha anunciado un ambicioso plan de modernización de sus aeropuertos internacionales que promete transformar la experiencia de los viajeros y mejorar las operaciones aeroportuarias en todo el país. Este proyecto, que se extenderá hasta 2030, busca posicionar a Cuba como un destino turístico más competitivo, pero, ¿es suficiente para enfrentar los retos actuales?
Un vistazo al plan: ¿Qué proponen?
El corazón de este programa de desarrollo está en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, la principal puerta de entrada al país. Aquí, se planea una ampliación y remodelación de la Terminal 3, lo que, según Joel Archer Santos, presidente de la Corporación de la Aviación Cubana (CAC), incrementará la capacidad de recepción de pasajeros en un 30%.
Además, la Terminal 2 también será sometida a mejoras significativas para garantizar una mayor cobertura tanto para pasajeros como para aerolíneas, anticipándose a posibles aumentos en las operaciones.
Rehabilitación en los aeropuertos del interior
El plan no se limita a la capital. Según Archer, ya se han completado rehabilitaciones importantes en los aeropuertos de Jardines del Rey y Cayo Largo del Sur, que estuvieron listos justo a tiempo para la temporada turística y la Feria Internacional del Turismo en 2024.
En otras regiones, como Varadero, el Aeropuerto Juan Gualberto Gómez recibió reparaciones el año pasado. En el oriente del país, terminales como Camagüey y Holguín están en proceso de mejoras, con un enfoque en climatización y comodidad para los pasajeros.
El aeropuerto de Santiago de Cuba también está en la lista de prioridades para 2025, y las pistas de aterrizaje en casi todas las terminales, incluida la de Isla de la Juventud, están siendo mejoradas para aumentar la seguridad operativa.
¿La modernización es suficiente?
A pesar de los grandes anuncios, no todo es color de rosa. Los problemas actuales en los aeropuertos cubanos no se solucionan solo con remodelaciones. Por ejemplo, la Terminal 3 del Aeropuerto José Martí fue objeto de críticas recientes tras pasar dos meses sin aire acondicionado, un problema que convirtió las largas esperas en una experiencia sofocante para los pasajeros.
Además, el panorama turístico del país enfrenta serios desafíos. En 2024, varias aerolíneas internacionales suspendieron sus rutas hacia Cuba, afectando significativamente la conectividad aérea de la isla. Aerolíneas Argentinas, Avianca, Boliviana de Aviación, Edelweiss Air y Cóndor son algunas de las compañías que han decidido dejar de operar en el país, dejando a Cuba con menos opciones de vuelos y una imagen deteriorada en el mercado internacional.
El impacto en el turismo: Números que preocupan
El turismo, uno de los principales motores económicos de Cuba, ha tenido un desempeño alarmantemente bajo. Según datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en 2024 el país recibió 2,719,259 viajeros hasta noviembre, un 95,2% de lo registrado en 2022. Esto equivale a 137,047 visitantes menos que en el mismo período del año anterior.
Los visitantes internacionales también disminuyeron significativamente, cayendo un 92,1% en comparación con 2023. Esto representa 172,451 turistas menos, consolidando un panorama desalentador para un sector que ya enfrenta múltiples retos.
Los retos del plan aeroportuario
Aunque la modernización de los aeropuertos es un paso positivo, no aborda problemas estructurales más amplios que afectan la industria turística en Cuba. La caída de los vuelos internacionales, las dificultades económicas de los cubanos para acceder a estos servicios y la falta de diversificación en la oferta turística son obstáculos que requieren soluciones integrales.
Además, la percepción internacional de Cuba como destino turístico seguro y atractivo también juega un papel crucial. Las deficiencias en la infraestructura, los problemas con las aerolíneas y la insatisfacción de los viajeros con las condiciones actuales en los aeropuertos podrían contrarrestar los beneficios de estas inversiones.
¿Qué necesita cambiar?
Para que el plan de modernización aeroportuaria tenga un impacto real, es necesario complementarlo con otras acciones:
- Mejorar la conectividad aérea: Establecer acuerdos con aerolíneas internacionales para reactivar rutas hacia y desde Cuba.
- Invertir en tecnología y servicios: Ofrecer a los pasajeros una experiencia más cómoda y eficiente en los aeropuertos.
- Diversificar el turismo: Promover nuevas experiencias más allá del clásico “sol y playa” para atraer a diferentes tipos de viajeros.
- Mejorar la imagen internacional: Garantizar servicios de calidad y generar confianza entre las aerolíneas y los turistas.
Un futuro incierto
El plan de modernización de los aeropuertos cubanos es, sin duda, ambicioso y necesario. Sin embargo, en el contexto actual, parece más un intento de maquillaje que una solución definitiva a los problemas estructurales de la industria turística.
¿Será suficiente este esfuerzo para recuperar la confianza de las aerolíneas y atraer a más visitantes internacionales? Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, queda claro que Cuba necesita algo más que terminales renovadas para enfrentarse a los retos de un mercado turístico cada vez más competitivo.
