En Consolación del Sur, Pinar del Río, una familia tuvo que vivir lo impensable: cargar un féretro con sus propias manos y caminar hasta el cementerio porque no había un carro fúnebre disponible. Lo que debería haber sido un momento solemne de despedida se convirtió en una escena indignante que dejó a todos los vecinos en shock.
Un funeral improvisado en plena calle
El incidente ocurrió un lunes y fue captado en video por transeúntes. Según el sitio de Facebook «La Tijera», la familia tomó esta drástica decisión después de esperar horas por el transporte fúnebre sin éxito. Con el cuerpo comenzando a mostrar signos de descomposición, los dolientes no tuvieron más remedio que recorrer las calles con el ataúd al hombro.
La escena dejó una profunda impresión en quienes la presenciaron. Familiares, amigos y vecinos caminaban tras el féretro, visiblemente afectados por la indignidad de la situación. El video, compartido en redes sociales, rápidamente desató una ola de críticas hacia las autoridades y su incapacidad de garantizar servicios básicos.
Un problema que se extiende por toda Cuba
Lo ocurrido en Pinar del Río no es un caso aislado. La falta de carros fúnebres y otros recursos básicos para los servicios funerarios es un problema recurrente en toda Cuba. Provincias como Artemisa, Santiago de Cuba y Matanzas han reportado incidentes similares, mostrando la magnitud de una crisis que afecta incluso los momentos más solemnes de la vida.
En Artemisa, la falta de cemento ha obligado a retrasar entierros durante días, dejando cuerpos insepultos por falta de bóvedas seguras. En Santiago de Cuba, familias desesperadas han tenido que recurrir a cajas de cartón para enterrar a sus seres queridos, una solución dolorosa pero necesaria ante la falta de ataúdes.
Soluciones improvisadas y frustración colectiva
La indignación de los cubanos se ha hecho sentir en redes sociales, donde muchos exigen soluciones inmediatas. Mientras tanto, las familias siguen improvisando. En Matanzas, se reportó que los dolientes tuvieron que empujar un carro fúnebre averiado en plena procesión. En Santiago de Cuba, camiones se utilizan como transporte alternativo para los ataúdes.
Estas imágenes no solo reflejan la precariedad del sistema funerario en la isla, sino también un deterioro más amplio de los servicios públicos. Para los cubanos, el problema no es solo logístico; es una cuestión de dignidad humana.
¿Qué viene después?
La acumulación de estos casos ha encendido un llamado urgente a las autoridades para priorizar la reparación y modernización del sistema funerario. Mientras tanto, los ciudadanos continúan enfrentando la muerte con la misma resiliencia con la que han enfrentado la vida: buscando soluciones donde el sistema les ha fallado.
Este episodio es un recordatorio de cómo, incluso en los momentos más dolorosos, la dignidad y la humanidad no deberían ser negociables.