El Cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, la figura máxima de la Iglesia católica en Cuba, confiesa con honestidad que no tenía idea de las gestiones secretas del Vaticano en torno a la liberación de presos políticos en la isla. «Me acabo de enterar ahora», respondió el Cardenal al periodista Mario J. Pentón, de Martí Noticias, quien lo abordó sobre el tema.
¿Una sorpresa diplomática?
Con un toque de desconcierto, el Cardenal explicó que las gestiones para la liberación de presos políticos no son algo nuevo. «Estas gestiones se han hecho a lo largo de muchos años, algunas veces con éxito y otras no», dijo, aunque dejó claro que esta noticia era completamente nueva para él. Además, mencionó que no estaba al tanto de que Cuba había sido retirada de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Un Cardenal que no se queda callado
A pesar de la sorpresa, el Cardenal destacó que en el pasado había pedido directamente al Papa Francisco que intercediera por los presos políticos cubanos. Este gesto subraya el papel de la Iglesia como mediadora en situaciones críticas, aunque, al parecer, esta vez las gestiones ocurrieron en un nivel que no involucró a la jerarquía eclesiástica de la isla.
La noticia desde el otro lado del estrecho
Fue la Casa Blanca la que confirmó la noticia: el Vaticano había jugado un papel clave en negociaciones que llevaron a la promesa de liberar un «número significativo» de presos políticos en Cuba. Sin embargo, para el gobierno cubano, el término «preso político» sigue siendo un tabú. Las autoridades solo han reconocido que 553 prisioneros serán liberados «gradualmente» de los más de mil que están actualmente en las cárceles.
Un acuerdo con implicaciones internacionales
Según lo revelado, este movimiento diplomático también incluyó decisiones importantes por parte de Estados Unidos, como sacar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y suspender el Título III de la Ley Helms-Burton. Todo esto, claro, tras la mediación del Papa Francisco.
El papel del Papa Francisco y su relación con Raúl Castro
No es un secreto que el Papa Francisco ha cultivado una relación «humana» con Raúl Castro, lo que ha abierto puertas para ciertos diálogos diplomáticos. Sin embargo, parece que esta vez las autoridades eclesiásticas cubanas, lideradas por el Cardenal García, quedaron fuera del circuito de información.
¿Esperanza o escepticismo?
Ante la posibilidad de que estas promesas se materialicen, el Cardenal García solo pudo expresar su esperanza: «Ojalá sea cierto». Para muchos, esta frase resume la mezcla de fe y cautela con la que los cubanos ven estas noticias.
En definitiva, este episodio refleja los complejos lazos entre la diplomacia internacional, la Iglesia católica y la política cubana, dejando preguntas abiertas sobre el futuro de los presos políticos en la isla y el verdadero alcance de los acuerdos logrados tras bambalinas.