El gobierno cubano anunció este martes la liberación de 553 personas sancionadas, como parte de un acuerdo alcanzado tras negociaciones con Estados Unidos y la mediación del Vaticano. Este gesto se enmarca en el Jubileo Ordinario de 2025, declarado por el Papa Francisco, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex).
Un Acto Humanitario con Sello Vaticano
En un comunicado oficial, el gobierno de la isla describió la medida como un reflejo del carácter “humanitario y justo” de su sistema de justicia. Además, destacaron las «estrechas y fluidas relaciones» entre el Vaticano y el Estado cubano. En enero, el presidente Miguel Díaz-Canel notificó al Papa Francisco sobre este proceso, describiéndolo como un gesto simbólico en el espíritu del Jubileo.
Excarcelaciones en el Contexto Cubano
Según el comunicado, entre 2023 y 2024 más de 10 mil reclusos fueron liberados en Cuba mediante diversas modalidades legales. Estas acciones, aseguran, son comunes en el sistema de justicia cubano y forman parte de la tradición humanitaria de la Revolución.
El Vaticano: Un Mediador Clave
La relación entre Cuba y el Vaticano ha sido descrita como “respetuosa y constructiva”. El Papa Francisco desempeñó un rol crucial en la facilitación de esta decisión, que también estuvo respaldada por conversaciones entre Díaz-Canel y el Sumo Pontífice en junio de 2023, así como por reuniones previas entre el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla y representantes de la Santa Sede en 2022.
Críticas y Escepticismo
No obstante, sectores opositores y organizaciones de derechos humanos han planteado dudas sobre la transparencia del proceso. Exigen mayor claridad en los criterios utilizados para seleccionar a los beneficiados y en las condiciones de su liberación. Estas críticas surgen en un contexto de tensiones internas y cuestionamientos internacionales al sistema penitenciario cubano.
Estados Unidos Retira Sanciones en Medio del Acuerdo
En paralelo, el presidente estadounidense Joe Biden anunció la eliminación de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y la suspensión del Título III de la Ley Helms-Burton. Estas medidas forman parte del acuerdo, que también incluye la promesa de liberar a un «número significativo de presos políticos».
De acuerdo con declaraciones recogidas por Martí Noticias, un alto funcionario estadounidense describió esta decisión como unilateral, basada en el compromiso del régimen cubano con la Iglesia Católica para llevar a cabo estas liberaciones.