La Casa Blanca anunció una decisión que marca un antes y un después en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Este martes, el presidente Joe Biden firmó un comunicado oficial en el que se confirma la salida de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Un cambio que revoca la designación impuesta el 12 de enero de 2021 y promete abrir nuevas oportunidades de diálogo entre ambas naciones.
Cuba y el cumplimiento de requisitos clave
En el documento, Biden certificó que el Gobierno cubano no ha apoyado el terrorismo internacional en los últimos seis meses y ha ofrecido garantías de no involucrarse en este tipo de actos en el futuro. Esta certificación está alineada con estrictas normativas estadounidenses, como la Ley de Asistencia Exterior de 1961 y otras disposiciones sobre seguridad y control de exportaciones.
Además, el análisis incluyó una revisión rigurosa bajo la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el Año Fiscal 2019, reafirmando que la decisión responde a comportamientos recientes de Cuba.
Un paso hacia la distensión diplomática
La decisión también refleja el deseo de la administración Biden de reducir tensiones con la isla. Aunque el impacto de este cambio dependerá de las próximas acciones de ambas partes, la medida envía una clara señal de apertura. Según la agencia AP, este avance se logró gracias a un acuerdo mediado por la Iglesia Católica, que también incluye la liberación de prisioneros políticos en Cuba.
Liberación de prisioneros y alivio económico
Funcionarios estadounidenses confirmaron que, como parte del acuerdo, «varias decenas» de prisioneros serán liberados antes del 20 de enero, fecha que marca el fin del mandato de Biden. También se prevé un alivio en la presión económica sobre Cuba mediante la revisión de medidas implementadas en 2017 por Donald Trump, las cuales endurecieron las restricciones hacia la isla.
Este posible levantamiento de sanciones podría facilitar una mayor cooperación económica y diplomática, generando expectativas de un acercamiento más pragmático entre ambos gobiernos.
Los argumentos detrás de la designación inicial
La etiqueta de Estado patrocinador del terrorismo fue reinstaurada en 2021 bajo la administración Trump, argumentando que Cuba apoyaba al régimen de Nicolás Maduro, protegía a rebeldes colombianos y albergaba a ciudadanos estadounidenses buscados por la justicia. Sin embargo, la administración Biden concluyó que no existen evidencias creíbles de que el Gobierno cubano esté actualmente involucrado en actividades terroristas.
Reacciones políticas encontradas
A pesar del anuncio, la decisión no ha estado exenta de críticas. El senador republicano Ted Cruz calificó la medida como «inaceptable» y prometió trabajar junto a Donald Trump para revertirla. Por otro lado, Marco Rubio, senador de origen cubano y defensor de sanciones contra La Habana, se espera que lidere los esfuerzos en el Senado para bloquear esta política.
El camino hacia adelante
Mientras los sectores políticos debaten, esta decisión abre una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Los próximos pasos serán cruciales para determinar si esta medida se traduce en un cambio real o queda como un gesto simbólico. Por ahora, las expectativas de cooperación y apertura diplomática están sobre la mesa.