En Cuba, las redes sociales se han convertido en un termómetro de la realidad económica. En los últimos días, varios usuarios han reportado que el precio de la gasolina en el mercado informal ha alcanzado los 1000 pesos por litro, reflejando una vez más el impacto de la inflación descontrolada que afecta al país.
Este incremento no solo agrava el ya elevado costo de vida, sino que también pone en aprietos a transportistas y consumidores, quienes deben lidiar con precios cada vez más inaccesibles.
Denuncias en redes sociales: el reflejo de una crisis energética
El usuario William Sosa, en una publicación de Facebook, denunció que el mercado negro sigue floreciendo debido a la falta de abastecimiento regular. “No importa en qué monedas vendas, si no garantizas una oferta estable, todo será un negocio”, comentó, acompañando su publicación con un anuncio en el que se ofrecían 30 litros de gasolina a 900 pesos cada uno.
Otros ejemplos en redes sociales muestran la magnitud del problema. En el grupo “Venta de Karpaty en Las Tunas,” un usuario identificado como Yoendi Vidor ofreció “20 litros de gasolina a 1,000 pesos cada uno, pero si compras todos, te los dejo a 900”.
En otro grupo llamado “Motores Las Tunas,” Claudia Peña publicó un anuncio similar, ofreciendo 17 litros a 900 pesos por litro, mientras que María Hernández también puso a la venta 20 litros al mismo precio.
Un panorama energético sombrío
La crisis energética en Cuba no es un tema nuevo, pero las recientes cifras de la bolsa negra muestran cómo la situación se ha intensificado. En diciembre, la activista Johanna Jolá Álvarez ya advertía en redes sociales sobre la subida alarmante de precios en el mercado informal. “Me acaban de ofrecer gasolina a 700 CUP por litro. Me he quedado sin saber ni qué responder. ¡Qué terrible realidad estamos viviendo!”, expresó en una publicación que transmitía su asombro e indignación.
Apenas un mes después, el panorama se ha tornado aún más sombrío. El litro de gasolina en el mercado informal no solo ha llegado a los 900 pesos, sino que en algunos casos ya alcanza los 1,000 pesos, dejando a los cubanos con una difícil decisión: pagar precios exorbitantes o enfrentar las largas filas en las gasolineras oficiales, cuando estas logran abastecerse.