Merlys Greenup Lorente nunca olvidará sus 15 años. Esta joven cubana celebró su día especial con una caravana de coches de caballo por las calles de Bayamo, en Granma, al ritmo contagioso de una conga que llenó de vida la ciudad. Su celebración, llena de color y alegría, destacó por el rescate de una tradición que tiene profundas raíces en la cultura cubana.
Un recorrido cargado de emociones y recuerdos
Vestida como una verdadera princesa, con un traje de quinceañera espectacular, Merlys recorrió Bayamo acompañada de familiares y amigos. Los coches de caballo, decorados con globos y detalles festivos, marcaron el ritmo de una tarde inolvidable, mientras los transeúntes aplaudían y observaban con curiosidad.
En sus redes sociales, Merlys agradeció a quienes la apoyaron y envió un mensaje claro a los críticos:
«Gracias a los que tuvieron esos comentarios tan lindos hacia mí, y a los que no, que Dios los bendiga. Yo lo pasé súper bien. Gracias a mi hermano tuve la fiesta de mis sueños. Lo demás no me importa.»
La tradición de los coches en Bayamo
El uso de coches de caballo no es un simple detalle en esta celebración. Es parte de la identidad cultural de Bayamo, una ciudad conocida por su historia y sus tradiciones arraigadas. Para muchas jóvenes cubanas, pasear en coche decorado durante sus 15 años es un sueño que conecta con sus raíces y con la icónica canción «A Bayamo en coche», que refleja esta costumbre tan especial.
En las redes sociales, no faltaron las opiniones nostálgicas de quienes también vivieron sus 15 de una manera similar. Una usuaria comentó:
«Yo tengo 30 años y también me pasearon en un coche lleno de globos. Fue inolvidable.»
Entre la alegría y la crítica
Aunque la celebración fue alegre y emotiva, no escapó de las críticas. Muchos señalaron la difícil situación económica de Cuba, donde para muchas familias organizar una fiesta de cumpleaños, incluso modesta, es un lujo. Este contraste entre la tradición y la realidad actual generó un debate en redes sociales.
Sin embargo, la celebración de Merlys fue humilde y auténtica, una muestra de que la felicidad no depende de grandes recursos, sino de los pequeños gestos y el cariño de los seres queridos.
Una lección sobre la felicidad
Más allá de las opiniones divididas, los 15 años de Merlys en Bayamo dejaron un mensaje claro: las tradiciones y los momentos especiales tienen un valor que trasciende lo material. En un país donde las dificultades son parte del día a día, esta joven encontró la manera de celebrar a su manera, demostrando que la felicidad se encuentra en los detalles y en la compañía de quienes más importan.
¿Qué opinas de esta celebración? ¿Debe mantenerse la tradición o adaptarse a los tiempos actuales? ¡Déjanos tus comentarios!