Han pasado cuatro días desde la devastadora explosión en un almacén de municiones en Melones, municipio de Rafael Freyre, en Holguín. La tragedia dejó 13 desaparecidos, entre ellos nueve jóvenes reclutas y cuatro oficiales de las Fuerzas Armadas. En medio del dolor, la falta de respuestas claras ha encendido la indignación en las redes sociales, donde cubanos y familiares de las víctimas exigen acción inmediata.
Una tragedia marcada por el silencio
La explosión, ocurrida en una instalación militar, ha generado un sentimiento de abandono entre las familias de las víctimas. Según los familiares, las autoridades no han mostrado un esfuerzo real por rescatar a los desaparecidos, lo que incrementa su frustración.
Entre las víctimas se encuentran oficiales de alto rango como los mayores Leonar Palma Matos y Carlos Carreño del Río, además de jóvenes soldados como Leinier Jorge Sánchez Franco, Frank Antonio Hidalgo Almaguer y Liander José García Oliva. Sus nombres ahora resuenan como símbolo de la desesperación de quienes piden respuestas.
«Si no entran ellos, entramos nosotros»
En redes sociales, el dolor y la indignación son palpables. “Estamos dispuestos a arriesgar nuestras vidas. Si ellos no tienen el valor, que nos dejen entrar a nosotros”, expresó uno de los familiares en un mensaje que se ha viralizado.
Las condiciones en la zona de la explosión siguen siendo extremas. Según fuentes oficiales, las temperaturas superan los 300 grados Celsius, lo que pone en riesgo las operaciones de rescate. Pero para las familias, esta es solo una excusa más: “No queremos más promesas vacías ni mentiras”, denunció otro afectado.
Falta de información y el dolor de una nación
Desde que ocurrió la tragedia, los medios estatales han ofrecido información limitada. Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en el único espacio donde los afectados pueden alzar la voz. “Nos piden calma, pero ¿cómo se puede mantener la calma cuando nuestros hijos están atrapados?”, comentó Luis Manuel Driggs, tío de uno de los desaparecidos.
Muchos recuerdan incidentes similares, como el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, donde reclutas inexpertos murieron mientras cumplían órdenes. Estos eventos han reavivado el debate sobre el Servicio Militar Obligatorio en Cuba, una práctica que muchas familias consideran inhumana.
El clamor de un pueblo que exige respuestas
La explosión en Holguín ha expuesto una herida abierta en la sociedad cubana. Los familiares no solo enfrentan la incertidumbre, sino también la impotencia de sentir que las vidas de sus seres queridos no son una prioridad para las autoridades.
“Ya no queremos esperar más. Necesitamos acción, no excusas”, dice Yusmari Roja, madre de uno de los desaparecidos. Mientras tanto, en redes sociales, el hashtag #NoAlServicioMilitar gana fuerza, como un grito colectivo por un cambio en una política que cobra la vida de los más jóvenes.
Holguín llora y exige respuestas. Las familias claman por recuperar a sus seres queridos, vivos o muertos, en una tragedia que ha vuelto a evidenciar las fracturas de un sistema que, según muchos, ha perdido su humanidad.