La reciente tragedia en Holguín, donde explosiones en un almacén de municiones dejaron a nueve jóvenes soldados desaparecidos, ha encendido las alarmas en Cuba. Este incidente no solo ha generado indignación, sino que también ha revitalizado la campaña “No al Servicio Militar Obligatorio”, impulsada por activistas y organizaciones que exigen el fin de esta práctica.
El movimiento, liderado por grupos como Impacto Juvenil Republicano, denuncia que el Servicio Militar Obligatorio (SMO) no es más que un sistema opresivo que pone en riesgo la vida de los jóvenes cubanos. En este contexto, la falta de transparencia del gobierno respecto a las explosiones ha generado aún más rechazo.
Protestas que se hacen sentir
La tragedia en Holguín ha sacado a decenas de jóvenes y sus familias a las calles de provincias como Santiago de Cuba, Matanzas y Artemisa. Entre pancartas y gritos de “¡Nuestros jóvenes merecen vivir, no morir!”, los manifestantes están dejando claro que ya no tolerarán más pérdidas por políticas obsoletas.
A pesar del despliegue policial, estas protestas reflejan un creciente malestar. Según Ramón Zamora Rodríguez, vocero del Partido Republicano de Cuba, los participantes están demostrando un valor extraordinario al enfrentar un sistema que utiliza el servicio militar como herramienta de control.
El trasfondo del rechazo al SMO
El SMO ha sido fuente de polémica durante décadas. No solo afecta a jóvenes entre 16 y 28 años, sino que también ha sido asociado con condiciones de vulnerabilidad, riesgos innecesarios y abusos. Activistas y familiares, como Anisleydis Suria, madre de un joven encarcelado por negarse al reclutamiento, han alzado la voz contra este sistema.
Además, nuevas medidas como el Decreto 103/2024, que endurece las sanciones contra quienes no cumplan con el SMO, han intensificado el descontento. ¿El colmo? Incluso las jóvenes que aspiran a estudiar periodismo deben ahora cumplir un año de servicio, limitando sus oportunidades de desarrollo personal.
¿Voluntario o realmente obligatorio?
Aunque el régimen asegura que el servicio es voluntario, la Ley de Defensa Nacional dice lo contrario. Según el artículo 67, los hombres deben cumplir dos años de servicio activo a partir de los 17 años. Las sanciones por incumplimiento son severas, afectando no solo a los jóvenes, sino también a sus padres o tutores legales.
Un llamado al cambio
Esta campaña no es solo una reacción a la tragedia en Holguín, sino un grito colectivo para transformar un sistema que muchos consideran inhumano. Los manifestantes exigen que se prioricen políticas que promuevan la educación y el desarrollo, no que sacrifiquen a la juventud cubana en nombre de una supuesta defensa nacional.
La pregunta es: ¿hasta dónde llegará este movimiento y qué tan lejos están dispuestos a llegar los jóvenes cubanos para reclamar su derecho a vivir en libertad?