Un vendedor ambulante, conocido popularmente como carretillero, fue arrestado recientemente por la policía en el barrio habanero de Lawton. El incidente desató una caótica escena en la que los vecinos, lejos de quedarse de brazos cruzados, aprovecharon para saquear el punto de venta, llevándose viandas como malangas y calabazas.
Un video que revela el malestar social
La situación fue capturada en un video compartido en redes sociales por la usuaria Glenda Rancaño, quien expresó su indignación: «La degradación humana en su máxima expresión. Se llevan preso a un dueño de una carretilla de viandas, y el mismo pueblo se roba las viandas. Siento asco y vergüenza de la deshumanización tan grande.» Estas palabras reflejan un profundo malestar por las condiciones sociales que enfrenta la población cubana.
Sin embargo, no todos compartieron su punto de vista. En el mismo video, una mujer justificó el saqueo al afirmar que «el pueblo tiene hambre» y que era mejor que las viandas fueran aprovechadas por ellos antes de que terminaran en manos de la policía.
Reacciones divididas en redes sociales
El video no solo provocó debate en la comunidad, sino también en las redes sociales, donde se multiplicaron las opiniones. Algunos usuarios, como @Cuban_Fr33, apuntaron directamente al sistema político: «Este es el hombre nuevo que creó el asesino de Fidel Castro.» Otros, como @JosLuis33549298, señalaron el deterioro de los valores sociales: «El peor enemigo del cubano es otro cubano. Cuba, estado fallido.»
Mientras tanto, en medio del caos, una mujer con una niña en brazos se enfrentó valientemente a los oficiales defendiendo al vendedor. Sus palabras, «¡Él no está haciendo nada malo, no está vendiendo marihuana ni cosas ilegales!», resonaron en la multitud, aunque pocos se sumaron a su gesto.
¿Indiferencia oficial o resignación?
La indignación aumentó cuando, según testigos, un oficial de alto rango comenzó a grabar el saqueo en lugar de intervenir. Este acto fue visto por muchos como una muestra de indiferencia ante la creciente miseria que enfrenta la población cubana. El gesto, cargado de simbolismo, refleja las tensiones entre las autoridades y el pueblo.
La crisis de Lawton: reflejo de una realidad nacional
El barrio de Lawton, como muchos otros en Cuba, enfrenta extremas condiciones de vida. Según la Organización Mundial de la Alimentación (FAO), el 30 % de la población en la Isla sufre inseguridad alimentaria. Los pequeños comerciantes, como el carretillero arrestado, se enfrentan constantemente a decomisos y multas, dejando a muchas familias con menos acceso a alimentos.
Las autoridades defienden estas medidas como una forma de luchar contra la especulación y el mercado informal, pero para muchos, solo agravan la desesperación. La periodista Lisandra Marín lo describe como una «victoria pírrica» que ignora los problemas estructurales de la economía cubana.
La doble moral del sistema y sus consecuencias
Marín también critica la hipocresía del régimen, que permite precios exorbitantes en tiendas oficiales, como un lomo de cerdo a 62 dólares, mientras penaliza a los vendedores informales. «Estas políticas no ofrecen soluciones efectivas para las familias más vulnerables,» señala la periodista, destacando que las medidas solo profundizan la precariedad en los barrios.
La eliminación de puntos de venta informales, sin una alternativa viable, no solo afecta a los consumidores, sino que refleja una desconexión total de las autoridades con las necesidades del pueblo. Las consecuencias de estas decisiones son evidentes: un aumento en la desesperación, el descontento y la precariedad.
