¿Te imaginas enfrentarte a cinco años de prisión solo por ocupar un espacio para vivir? En Cuba, esto es una realidad. Según el periódico oficial Granma, el régimen ha dejado claro que las ocupaciones ilegales de inmuebles, ya sean estatales o privados, son consideradas un delito grave. Y no solo lo dicen: prometen «castigos severos» para quienes se atrevan a desafiarlos.
Pero, ¿de qué inmuebles estamos hablando? Consultorios médicos, casas sociales y otras propiedades estatales son las principales en la mira. Aunque las leyes del Código Penal, vigentes desde hace más de un año, también incluyen propiedades privadas. El famoso Artículo 421 establece que apropiarse de una vivienda sin permiso puede llevarte a prisión o costarte una multa considerable. ¿El problema? La crisis habitacional hace que muchas familias no tengan otra opción.
¿Crisis habitacional o pretexto?
El propio oficialismo reconoce que la situación económica y social de la isla ha disparado las ocupaciones ilegales. Sin embargo, insisten en que ninguna vulnerabilidad justifica estas «violaciones». Para desalojar a los ocupantes, activan a la policía y a los consejos municipales, quienes tienen procedimientos bien definidos para lidiar con estos casos.
Las historias detrás de los números son desgarradoras. Rosa Edelis Guerra, madre de tres niños, ocupó una vivienda en Trinidad después de pasar cuatro años pidiendo ayuda al gobierno. La respuesta: amenazas constantes y la posibilidad de pasar cinco años en prisión.
Otra madre, Yohisis Águila, ocupó un consultorio vacío en Cienfuegos porque no tenía dónde vivir con sus hijos enfermos. ¿El resultado? Fue desalojada por la fuerza y multada con 5,000 pesos. Su caso se hizo viral en redes sociales, pero ni siquiera eso le dio una solución permanente.
Las cifras que lo dicen todo
El régimen no esconde que la construcción de viviendas está muy por debajo de lo prometido. Hasta agosto de 2024, solo se había cumplido el 39 % del plan de construcción para el año. ¿Y el déficit? Más de 856,500 viviendas necesarias para cubrir las necesidades básicas de la población.
Mientras tanto, los desalojos siguen, y la crisis habitacional se agrava. A pesar de las promesas del gobierno, muchos cubanos se sienten abandonados y sin opciones.
¿Solución o problema eterno?
La vivienda sigue siendo un tema pendiente en Cuba. Aunque el régimen lo reconoce como «un problema no resuelto de la revolución», las soluciones parecen tan inalcanzables como siempre. Mientras las políticas de construcción sigan fallando, las historias de desalojos, multas y amenazas continuarán siendo parte de la dura realidad cubana.