El reconocido actor Ray Cruz, protagonista de la serie «Al habla con los muertos», ha compartido su descontento con la situación que enfrenta el programa. En sus redes sociales, expresó: «Esta serie corre con un sino nada favorable para sus estrenos», denunciando que nuevamente el programa fue retirado de la parrilla de programación sin previo aviso, pese a haber sido anunciado tan solo un día antes.
Un público sin respuestas
Ray Cruz lamentó profundamente la falta de comunicación con los televidentes. “Ahora mismo, lo más decepcionante para nosotros es tenerle que decir al público que hoy no saldrá al aire y ni siquiera podemos justificar el por qué la bajaron o el por qué solo la promocionaron el día antes de salir”, señaló. Su frustración quedó clara al añadir: «Vamos a tener que hablar más claro con los vivos que deciden y menos con los muertos», en una punzante crítica al manejo del programa por parte de los directivos.
«Al habla con los muertos»: humor en peligro de extinción
La serie es uno de los pocos espacios humorísticos que sobreviven en la televisión cubana, especialmente tras la censura de icónicos programas como «Vivir del cuento» y la exclusión de varios humoristas reconocidos como Ulises Toirac y Carlos Gonzalvo (Mente Pollo).
La trama de «Al habla con los muertos» gira en torno al trabajo de un tanopractor, encargado de preparar cadáveres para los velatorios. Desde esta premisa, el programa aborda con sutileza temas de la realidad cubana, utilizando el humor como herramienta de reflexión. En la serie, Cruz comparte protagonismo con la actriz Yaremis Pérez, quien interpreta a Indirita.
Desapariciones inexplicables en la TV cubana
La cancelación sin explicaciones de programas humorísticos se ha convertido en una constante en la televisión cubana. Uno de los casos más sonados es el de «Vivir del cuento», liderado por el popular humorista Luis Silva. Pese a su enorme éxito y la exigencia de los televidentes por su regreso, las autoridades han optado por guardar silencio.
Según declaraciones de productores a medios independientes, esta estrategia busca que, por cansancio, sean los propios actores quienes decidan abandonar los proyectos.
¿Hacia dónde va el humor cubano?
Con la desaparición de programas humorísticos y la censura de figuras clave, el futuro del entretenimiento televisivo en Cuba parece incierto. La situación de «Al habla con los muertos» refleja no solo los desafíos que enfrenta el humor en la isla, sino también la desconexión entre las instituciones y un público ávido de contenido que aborde, aunque sea con ironía, las realidades de su día a día.
¿Será que el humor, como tantas otras cosas, también tendrá que buscar nuevos espacios para sobrevivir? La respuesta, como diría Cruz, parece depender más de los «vivos que deciden» que de los muertos que protagonizan la serie.