Ocho largos años. Ese fue el tiempo que Yily tuvo que esperar para volver a abrazar a su hija y a su madre en Cuba. Una separación llena de sacrificios, llantos y esperanza que finalmente llegó a su fin. “Voy a pasar el fin de año con mi hija después de tanto tiempo, no puedo pedir más”, confesó Yily en un emotivo video que compartió tras su esperado reencuentro.
La Noticia que Cambió Todo
El 1 de diciembre marcó un antes y un después en la vida de Yily. Ese día, recibió la noticia que llevaba años esperando: le aprobaron la residencia en Estados Unidos. Fue como si el universo finalmente le diera luz verde para regresar a su tierra. “No sé cómo aguanté tanto tiempo sin verla”, confesó entre lágrimas. Su hija, aunque lejos, siempre fue su mayor fuerza y también su mayor motivación. “Ella misma me hizo decir ‘tengo que seguir adelante, algún día esto va a valer la pena’”, recordó.
El Reencuentro Soñado
Desde el momento en que Yily subió al avión hasta el sobrevuelo sobre la isla, todo quedó registrado en un video que publicó en TikTok. El instante en que finalmente se fundió en un abrazo con su madre y su hija es pura emoción. “Solo Dios sabe cuántas lágrimas derramé en estos 8 años sin poder ver a mi hija. Este encuentro era todo lo que mi corazón anhelaba día y noche”, escribió en la descripción del video.
Un Regalo de Navidad Perfecto
En otro video, grabado antes del viaje pero publicado después, Yily reveló más detalles de su historia. “El mejor regalo de Navidad que podría haber deseado: pasar fin de año con mi hija y mi madre en Cuba era algo con lo que soñaba hace 8 años. Pero ‘el tiempo de Dios es perfecto’”, compartió emocionada. Para hacer el momento aún más especial, también anunció que el padre de su hija también obtuvo la residencia, algo que llenó de felicidad a la pequeña.
Una Ola de Emoción en TikTok
Los seguidores de Yily en TikTok no tardaron en reaccionar. Comentarios como “Estoy feliz por ti y tu familia que lograron ese abrazo que tanto anhelamos”, “Yo llevo tres años sin ver a mi hija y no hay un día que no sueñe con ese abrazo”, y “No sabes cómo he llorado viendo tu video, ojalá todas tengamos pronto nuestro momento” inundaron su perfil, reflejando la empatía de quienes comparten historias similares.
Una Historia de Esperanza
La travesía de Yily no solo es la de una madre cubana luchadora, sino también un recordatorio poderoso de que la esperanza siempre tiene su recompensa. “No hay mal que dure 100 años. Todo llega cuando tiene que llegar”, aseguró. Y su historia de reencuentro con su familia es la prueba viviente de que, con fe y perseverancia, los sueños se pueden hacer realidad.