En medio de un clima de críticas y descontento social, el presidente Miguel Díaz-Canel lideró este martes el acto por el 66 aniversario de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). El evento, realizado en la Brigada de Patrullas en La Habana, ha encendido nuevamente el debate sobre las prioridades del régimen cubano.
Recursos para la Represión, pero No para Emergencias
Mientras Cuba enfrenta una severa crisis con la escasez de ambulancias y combustible, los ciudadanos no dejan de notar la eficacia con la que las patrullas policiales responden a situaciones de protesta. Especialmente durante los recientes apagones masivos, las manifestaciones espontáneas en varias localidades han sido controladas rápidamente, algo que contrasta con la falta de recursos para atender emergencias médicas.
Las Imágenes Que Hablan por Sí Solas
Una publicación en X (antes Twitter) de Presidencia Cuba mostró a Díaz-Canel rodeado de vehículos de la PNR junto a dirigentes del MININT y las FAR. La escena generó fuertes críticas en redes sociales, donde se cuestiona el enfoque del gobierno.
¿Y las Ambulancias?
En 2023, el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, admitió que solo el 39.6 % de las ambulancias necesarias estaban operativas en el país. Sin embargo, la falta de recursos parece no ser un problema para dotar y mantener las patrullas de la PNR, algo que los ciudadanos han calificado como una clara muestra de las prioridades gubernamentales.
“Para reprimir sí hay combustible”, es una frase que se repite en las redes sociales, donde muchos cubanos expresan su frustración al ver cómo las patrullas nunca fallan en operativos policiales, incluso en las zonas más remotas, mientras las ambulancias brillan por su ausencia.
Una Celebración en Medio del Descontento
El acto oficial destacó el papel de la PNR en el «mantenimiento del orden y la defensa de la Revolución», un mensaje que parece chocar con el malestar generalizado por la falta de soluciones a necesidades básicas.
Prioridades Gubernamentales en Números
En 2024, el régimen destinó 14 veces más recursos al turismo (casi el 40% del presupuesto) que a sectores esenciales como Salud y Asistencia Social (2.7%) o la agricultura (2.5%). Este desequilibrio económico refuerza la percepción de que el gobierno prioriza el control por encima de las necesidades de la población.
