Un proyecto local de desarrollo en Ciego de Ávila, conocido como La Finquita, lanzó una advertencia pública este martes al descubrir que helados falsificados están siendo vendidos bajo su nombre. Este fraude no solo afecta su reputación, sino también la confianza de los consumidores.
El modus operandi del fraude
De acuerdo con la denuncia, individuos sin escrúpulos están comprando helados de baja calidad a precios reducidos, reenvasándolos en envases con etiquetas falsificadas de La Finquita y comercializándolos, principalmente a través de redes sociales. Este acto ilícito busca aprovechar la buena reputación de la marca para generar ganancias rápidas.
Denuncia pública y puntos de venta oficiales
El equipo de La Finquita utilizó su página de Facebook para informar sobre esta situación y dejó claro que no tienen relación alguna con estos productos reenvasados. Además, recordaron a sus clientes que solo garantizan la calidad de los helados adquiridos en sus puntos de venta oficiales:
- Carretera Central, kilómetro 459, en los Almacenes La Universal, frente al Círculo Social.
- Carretera Central Chicho Valdés, número 26, entre Marcial Gómez y Abraham Delgado, sede de la UPEC.
- Carretera Central, esquina Simón Reyes, en el antiguo local conocido como PEKÍN.
Asimismo, subrayaron que su distribución está limitada a municipios específicos dentro de la provincia, como Venezuela, Majagua, Florencia, Chambas y Primero de Enero.
El compromiso de La Finquita
La Finquita reafirmó su compromiso con la comunidad, asegurando que seguirán trabajando para mantener la calidad que los caracteriza y consolidarse como un modelo de desarrollo local en Ciego de Ávila. En su declaración, enfatizaron la importancia de adquirir productos en lugares autorizados para evitar caer en engaños.
Un reflejo de la crisis económica en Cuba
Este tipo de situaciones no son aisladas en un contexto donde la crisis económica ha llevado a muchas personas a buscar maneras rápidas de obtener ingresos. Desde falsificaciones hasta estafas, los cubanos enfrentan una creciente ola de fraudes que afecta tanto a negocios locales como a ciudadanos comunes.
Estafas más comunes: La sortija y otras artimañas
En diciembre pasado, dos jóvenes en Guantánamo cayeron en la clásica «estafa de la sortija». Las víctimas, de 20 y 23 años, fueron abordadas por dos desconocidos que les ofrecieron una supuesta sortija de oro de 14 kilates a cambio de las cadenas que llevaban. Convencidas de que era un trato favorable, accedieron, solo para descubrir más tarde que la sortija era una imitación barata.
Casos similares también han ocurrido en otras partes de Cuba. En octubre, vecinos del centro de Santiago de Cuba detuvieron a un hombre acusado de cometer una estafa. Según denuncias en redes sociales, el incidente tuvo lugar en la calle Reloj, entre San Francisco y San Gerónimo. Los residentes lo entregaron a las autoridades tras interceptarlo en pleno acto.