Disfrazada con un gorro de Santa Claus y una pulsera con luces intermitentes, Liudmila, vendedora de juguetes en Santa Clara, atiende a sus clientes con entusiasmo. Frente a ella, una muñeca envuelta en plástico, de apenas 20 centímetros, cuesta nada menos que 1,500 pesos. Su tienda, estratégicamente ubicada cerca de varias escuelas primarias, está repleta de artefactos que parecen hipnotizar a los transeúntes. 🎅🎁
El Negocio de los Juguetes en Tiempos de Inflación
Aunque muchas tiendas privadas cierran al final del año, Liudmila asegura que seguirá trabajando para aprovechar el Día de Reyes. “Hoy mismo vino una pareja con su niña y le dijeron que escogiera lo que quisiera. Se llevaron una casa de muñecas por 12,000 pesos”, comenta orgullosa. Sin embargo, aclara que no es la dueña del negocio, aunque recibe un porcentaje por cada venta.
La inflación ha disparado los precios de los juguetes importados, una de las pocas opciones para los padres cubanos, quienes ahorran durante meses para sorprender a sus hijos. Hace años, las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) ofrecían juguetes, pero con desabastecimiento y precios elevados. “No había estrategia para la producción ni distribución de juguetes en el país”, reconocieron los medios oficiales en aquel entonces.
La Nostalgia de los Juguetes de Antes
El tema llegó incluso a la Asamblea Nacional en 2017, donde varios diputados lamentaron que las industrias locales ya no fabricaran juguetes. “Antes heredábamos los juguetes de nuestros padres y abuelos. Pronto no habrá qué heredar”, advirtió una diputada. Hoy, los negocios privados y las tiendas en MLC dominan el panorama, aunque con opciones limitadas y prohibitivas para muchas familias, especialmente en el interior del país.
Juguetes Normados y Recuerdos Soviéticos
Quienes vivieron la “bonanza soviética” recuerdan con nostalgia los juguetes asignados por la libreta de abastecimiento. Clasificados como “básicos, no básicos y dirigidos,” ofrecían opciones como velocípedos, trenes de cuerda o muñecos de goma. Ana María Cruz, una santaclareña, rememora: “Todos teníamos los mismos tentempiés, esos que no se caían nunca. Ahora, para comprar una bicicleta, tendría que gastar 40,000 pesos. Mejor le compro una tablet y que juegue virtualmente.” 🚲💻
Los Sacrificios de los Padres Cubanos
Elizabeth, otra cliente, lamenta no poder cumplir el deseo de su hija: una Barbie que cuesta casi 40 dólares. “Eso es lo que gano en dos meses. Tendrá que conformarse con una muñeca criolla”, confiesa con resignación. Para muchas familias, los regalos del Día de Reyes representan sacrificios enormes, y no todos pueden permitirse los juguetes que los niños sueñan.
Innovación Artesanal con Limitaciones
En algunos rincones de Cuba, surgen opciones más económicas y sostenibles. Negocios que reutilizan plástico o madera intentan ofrecer alternativas, aunque no siempre alcanzan los estándares de calidad deseados. “No son muy bonitos, pero al menos son más accesibles”, reconoce Yandro Mena, un vendedor ambulante que traslada su mercancía en una carretilla.
La Realidad de los Juguetes en Cuba
Liudmila, desde su tienda de juguetes importados, observa a diario la desigualdad. “Veo niños llorando cuando pasan por aquí porque sus padres no pueden comprarles nada”, confiesa con tristeza. Aunque algunos clientes se llevan los juguetes más caros, la mayoría se va con las manos vacías.
La situación actual de los juguetes en Cuba refleja una mezcla de nostalgia, desigualdad y creatividad. Mientras algunos recuerdan con cariño los días en que todos los niños tenían algo con qué jugar, otros enfrentan la dura realidad de precios elevados y pocas opciones accesibles.
¿Qué opinas sobre esta realidad? ¿Crees que se podrían recuperar aquellos tiempos en los que todos los niños disfrutaban de un juguete? 🌟