El reconocido actor cubano Armando Tomey, recordado por su papel en la emblemática telenovela “Sol de Batey”, compartió recientemente detalles de su vida y su decisión de emigrar a Estados Unidos en una entrevista con el youtuber dominicano Dany Pérez, conocido como Destino Tolk.
“En Cuba vivía para sobrevivir, no para prosperar”
Tomey, quien fue uno de los actores más destacados de su generación, describió su día a día en Cuba como el de un “sobreviviente”. Aunque su carrera artística fue prolífica y exitosa, las limitaciones económicas y profesionales lo llevaron a un punto de inflexión. “Siempre sentí que estaba luchando contra un muro”, confesó durante la entrevista.
“En Cuba vivía para sobrevivir, no para prosperar”, expresó Tomey durante la entrevista.
Graduado del Instituto Superior de Arte (ISA) en 1981, Tomey comenzó en el teatro, pero su salto a la televisión con “Sol de Batey” lo convirtió en un rostro familiar para los cubanos. Sin embargo, a pesar de su popularidad, las críticas hacia su estilo actoral marcaron sus inicios, algo que lo motivó a perfeccionarse y brillar en múltiples producciones televisivas.
Reconocimiento sin prosperidad
A lo largo de su carrera, Tomey trabajó en telenovelas, dramas, comedias y series de aventuras, consolidando su lugar en la cultura popular cubana. Sin embargo, el reconocimiento no se tradujo en estabilidad económica. “Era frustrante saber que, a pesar de mi éxito, seguía siendo un simple sobreviviente en mi propio país”, expresó.
La falta de recursos básicos y las restricciones creativas del sistema cultural en Cuba se convirtieron en obstáculos constantes. “Había talento, pero no siempre espacio para desarrollarlo plenamente”, comentó el actor, quien veía su carrera como una lucha interminable contra las adversidades.
El difícil camino hacia el exilio
En 2013, Tomey tomó una de las decisiones más duras de su vida: emigrar a Estados Unidos junto a su esposa Raisa Ramos y sus hijos. Aunque abandonar una carrera consolidada no fue fácil, el actor lo hizo pensando en el futuro de su familia y en la posibilidad de encontrar una vida más digna. “Dejar Cuba fue necesario para no solo sobrevivir, sino vivir realmente”, reflexionó.
Reinvención en tierras nuevas
Desde su llegada a Estados Unidos, Tomey ha demostrado una admirable capacidad de adaptación. Combinando trabajos como conductor de Uber con su pasión por el arte, ha encontrado estabilidad y una calidad de vida que antes veía inalcanzable. “Aquí he tenido que empezar desde cero, pero también he recuperado la esperanza de un futuro mejor”, afirmó.
El actor destacó el apoyo de la comunidad cubana en el exilio, que lo ha ayudado a mantenerse conectado con sus raíces culturales. Aunque extraña muchas cosas de su tierra natal, considera que su experiencia como emigrante lo ha enriquecido como persona. “Reinventarme no ha sido fácil, pero me ha enseñado lo que realmente importa en la vida”, aseguró.