En medio de la crisis de movilidad que sacude a Cuba, Santa Clara ha encontrado una solución poco convencional pero efectiva: un trencito infantil que, hasta hace poco, era solo una atracción para las familias. Este pequeño tren, conocido por recorrer el parque Vidal y sus alrededores, ahora cumple una misión mucho más importante al conectar barrios periféricos con el centro de la ciudad.
De Diversión a Necesidad
El tren, que solía ser un símbolo de entretenimiento para los niños, se ha transformado en una herramienta esencial de transporte público. Con capacidad para 40 pasajeros, este curioso medio de transporte ha venido a aliviar un poco las tensiones de los santaclareños, quienes enfrentan las consecuencias de la falta de combustible y el deterioro del parque automotor.
A pesar de su origen recreativo, el trencito se ha convertido en una alternativa accesible y sostenible, adaptándose a las necesidades diarias de una población que lucha por movilizarse en medio de una crisis nacional.
Una Ola de Reacciones
La peculiar situación llegó a las redes sociales gracias al periodista Mario Vallejo, quien publicó imágenes y comentarios sobre el uso del tren como transporte público. Su publicación desató una ola de reacciones entre los cubanos, quienes compartieron sus opiniones con una mezcla de incredulidad, humor y críticas.
Un usuario recordó con sarcasmo: «En Santiago de Cuba hay tres tipos de trencitos. Es que Santiago cada día está avanzando a la inversa». Otros señalaron que esta práctica no es nueva, mencionando ejemplos similares en La Habana y Santiago de Cuba, donde pequeños trenes ya se utilizan como transporte desde hace años.
Sin embargo, las críticas al deterioro del sistema ferroviario cubano fueron inevitables. Un internauta expresó: «Han destruido el ferrocarril y su estructura vial, y ahora como no hay líneas férreas andan por las carreteras. ¡Qué gobierno más destructor, increíble!».
La Realidad del Transporte en Cuba
El caso del trencito de Santa Clara es solo una muestra de los problemas más amplios que afectan al transporte en Cuba. En La Habana, por ejemplo, de un parque de 878 guaguas, menos de la mitad estaban operativas a finales de 2021, lo que generó largas esperas y aglomeraciones en las paradas.
En el ámbito nacional, la situación no es menos crítica. Durante el cierre de 2024, se reportó el colapso de varias terminales de ómnibus, con filas interminables y pasajeros desesperados por la falta de vehículos disponibles.
A esto se suma la crisis de combustible, que ha paralizado más de la mitad de las rutas de transporte en el país. Esta problemática afecta no solo a los ómnibus, sino también a trenes y otros servicios esenciales, dejando a la población sin opciones eficientes para movilizarse.
Santa Clara: Un Reflejo de la Crisis
En Santa Clara, los ciudadanos enfrentan diariamente dificultades para trasladarse a sus lugares de trabajo, estudio y otras actividades esenciales. La escasez de ómnibus ha llevado a tiempos de espera prolongados y a un aumento del estrés en la población.
El trencito, aunque improvisado, ha dado un respiro a los santaclareños, mostrando una vez más la capacidad de los cubanos para adaptarse a circunstancias adversas. Sin embargo, esta solución no deja de ser un recordatorio del estado crítico del transporte en el país.
Un Símbolo de Ingenio y Resiliencia
Aunque para muchos el uso del trencito pueda parecer pintoresco o incluso cómico, detrás de esta decisión hay una realidad dura: la necesidad obliga a encontrar soluciones creativas, incluso en los momentos más difíciles.
El trencito de Santa Clara no es solo un medio de transporte; es un símbolo de la resiliencia cubana, de cómo se busca salir adelante a pesar de las dificultades. Sin embargo, también es un llamado de atención sobre la importancia de invertir en infraestructura y en soluciones sostenibles que puedan garantizar una mejor calidad de vida para todos.
En Santa Clara, el trencito sigue recorriendo sus caminos, llevando consigo las historias de una ciudad que, como muchas en Cuba, lucha por mantenerse en movimiento frente a los desafíos diarios.
