El panorama del transporte en Cuba está cambiando, o al menos eso es lo que promete la nueva política para la comercialización e importación de vehículos, que entró en vigor el pasado 1 de enero. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber, desde las empresas autorizadas hasta las limitaciones que seguirán enfrentando los cubanos de a pie.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, se encargó de anunciar esta esperada actualización, que incluye la ampliación de las empresas que pueden vender carros a personas naturales. Según el funcionario, el objetivo principal es “aprovechar y favorecer cada oportunidad disponible para mejorar la movilidad de pasajeros y cargas”. Aunque suena prometedor, también dejó claro que esta medida no resolverá el problema del transporte en la isla ni permitirá que el cubano promedio pueda comprarse un carro con su salario.
¿Qué incluye la nueva política?
La actualización fue publicada en la Gaceta Oficial ordinaria número 128 e introduce un conjunto de reglas que buscan “flexibilizar y simplificar procedimientos”. Aquí van los puntos más destacados:
- Precios más accesibles (relativamente): El costo de los vehículos en moneda libremente convertible (MLC) será el mismo para personas naturales y jurídicas, pero se anuncia una ligera rebaja para los primeros.
- Transmisión de propiedad: Ahora las personas naturales podrán transferir la propiedad de vehículos, aunque con excepciones para entidades estatales y diplomáticas.
- Venta en pesos cubanos (CUP): Los vehículos que terminen su vida útil en la renta del turismo podrán ser comprados en CUP, pero con prioridad para el sector estatal.
- Impuestos ajustados: Los vehículos de gama alta pagarán un impuesto especial del 35%, mientras que los eléctricos ensamblados en Cuba estarán exentos.
- Límites de adquisición: Cada persona podrá comprar hasta seis vehículos en cinco años, con excepción de los eléctricos, que no tendrán restricciones.
- Nuevas opciones de importación: Se podrán importar ciclomotores y motocicletas de hasta 250 cc, triciclos eléctricos y vehículos específicos bajo condiciones especiales, como diplomáticos o colaboradores en el exterior.
¿Qué significa esto para los cubanos?
Aunque hay avances en las opciones de compra y transmisión, el contexto económico sigue siendo una barrera. Los precios en MLC son inaccesibles para la mayoría, y las opciones en CUP están limitadas a vehículos en mal estado.
¿Es un paso en la dirección correcta o más de lo mismo? Eso está por verse. Por ahora, los cubanos que sueñan con tener su propio carro deberán enfrentarse a la realidad de precios prohibitivos y un sistema que, aunque cambie de reglas, parece mantener las mismas restricciones de siempre.