La reciente apertura del supermercado 3ra y 70 en La Habana ha generado una ola de indignación entre los cubanos. Este establecimiento, ubicado en los bajos del Hotel Gran Muthu Habana, solo acepta pagos en dólares estadounidenses en efectivo, tarjetas internacionales y la nueva tarjeta Clásica de Fincimex, excluyendo así la Moneda Libremente Convertible (MLC) que ha sido predominante en los últimos años.
Esta medida ha sido interpretada por muchos como un retorno a las «shoppings» de los años 90, donde solo se aceptaban divisas extranjeras, y ha suscitado críticas por considerarse un «corralito económico» que devalúa los depósitos de miles de cubanos que confiaron sus ahorros en cuentas en MLC.
El contraste entre este nuevo supermercado, repleto de productos, y las tiendas en MLC, que actualmente carecen de surtido, ha exacerbado el malestar de la población. Muchos ciudadanos expresan su frustración al ver cómo las tiendas en MLC están vacías, mientras que el nuevo establecimiento en dólares ofrece una amplia variedad de artículos.
La introducción de la tarjeta Clásica de Fincimex, que permite a los clientes depositar dólares y utilizarlos en estas nuevas tiendas, ha sido vista como una estrategia del gobierno para captar divisas frescas, dejando de lado el MLC. Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar la estabilidad y confiabilidad del sistema financiero cubano.
Las redes sociales se han inundado de comentarios críticos. Una habanera expresó: «Es una total falta de respeto. Primero el MLC, no aceptaban USD, solo euros, y ahora es USD, no aceptan euros en esa tienda. La del frente, que es MLC, vacía completamente y la nueva en USD, surtida hasta el techo. Coño, hasta cuándooooooo. A dónde nos quieren llevar».
Otro ciudadano comentó: «Ahora sí el dólar va a subir como la espuma, qué triste para las personas que no recibimos dólares; así fue con el MLC, para comprar un jamón o una salsa para pastas tengo que comprarlo a como esté. Qué miseria, cuánto dolor y repugnancia siento».
La incertidumbre sobre el futuro del MLC y la implementación de estas nuevas medidas económicas han generado preocupación sobre una posible devaluación de los ahorros de los ciudadanos. La falta de información oficial clara y la rapidez con la que se están implementando estos cambios han aumentado la desconfianza en las políticas económicas del país.
La situación actual recuerda a la crisis de los años 90, cuando la economía cubana atravesó momentos difíciles y se implementaron medidas similares para captar divisas extranjeras. La apertura de tiendas que solo aceptan dólares en efectivo, mientras las tiendas en MLC permanecen desabastecidas, ha llevado a muchos a cuestionar la dirección en la que se dirige la economía cubana y cómo afectará esto al ciudadano común.