Cuba empieza el año con una reforma que ha causado revuelo entre viajeros y residentes. A partir del 1 de enero, los aranceles aduaneros para ciertas importaciones no comerciales deberán pagarse en dólares estadounidenses (USD) o su equivalente en otras divisas fuertes, según lo establecido por el Decreto-Ley 101, publicado en la Gaceta Oficial. Este cambio supone un ajuste significativo en la manera de calcular y abonar las tasas aduaneras.
¿Qué implica el nuevo decreto?
El Decreto-Ley 101 actualiza la normativa de 2020 y aplica a las importaciones no comerciales, aquellas destinadas al consumo personal o a fines específicos. Una de las principales modificaciones es la obligatoriedad de pagar aranceles en moneda libremente convertible (MLC) para ciertos productos. Además, se introduce la posibilidad de usar tarifas específicas basadas en la cantidad de artículos importados, en lugar de calcular únicamente un porcentaje sobre su valor total.
Este cambio busca optimizar la recaudación aduanera, pero también eleva los costos para los viajeros, especialmente para aquellos que llegan desde países como Estados Unidos, donde el dólar es la moneda predominante.
Más control sobre las tarifas
El Ministerio de Finanzas y Precios tendrá ahora mayor flexibilidad para ajustar las escalas tarifarias y definir la moneda en la que se deben pagar los aranceles. Según el gobierno, estas decisiones se tomarán «en función de los intereses económicos del país». Sin embargo, para muchos cubanos, esta medida simboliza otro obstáculo en un panorama económico ya complejo.
Impacto en los viajeros
El decreto también establece que a partir del 1 de abril de 2025, todos los cubanos residentes en el extranjero deberán ingresar al país con un pasaporte cubano vigente. Durante la pandemia, se permitió el ingreso con pasaportes vencidos, pero esta excepción llegará a su fin debido a la normalización de los vuelos internacionales y los servicios consulares.
Esta decisión afectará a muchos cubanos que deberán actualizar documentos, lo que implica un gasto adicional, especialmente para quienes viven en el exterior y dependen de los servicios consulares cubanos, a menudo criticados por sus altos costos y demoras.
Dolarización parcial: un camino sin retorno
En diciembre, el gobierno aprobó un documento que regula la «dolarización parcial de la economía», según anunció el primer ministro Manuel Marrero Cruz. Esta medida refleja la creciente importancia del dólar estadounidense en la economía cubana, con una cotización que supera los 300 pesos cubanos en el mercado negro. Para un país sumido en una profunda crisis económica, captar divisas fuertes parece ser una prioridad, aunque ello implique agravar las dificultades de los ciudadanos comunes.
¿Qué pasará con los cubanos que no tienen acceso a divisas? Esa es una pregunta que sigue sin respuesta en un país donde la inflación y la desigualdad económica no hacen más que aumentar.