Armando Tomey, uno de los rostros más queridos de la televisión cubana, nos regaló un viaje al pasado al hablar de su experiencia en la mítica telenovela “Sol de Batey”. Durante una entrevista con Destino Tolk, el actor compartió detalles inéditos de lo que significó trabajar junto a la legendaria Susana Pérez, quien interpretaba a su pareja en pantalla.
“Susana era un ídolo para mí”
Con nostalgia y humor, Tomey confesó que trabajar con Pérez era algo que nunca imaginó. “Para mí, Susana era un ídolo. Yo me daba galletas para ver si era cierto que estaba ahí con ella”, comentó entre risas. Desde su perspectiva, compartir escenas con alguien de su talla no solo era emocionante, sino también intimidante.
Los besos más difíciles
Uno de los momentos más recordados del set eran las escenas románticas, especialmente los besos. Pero lejos de ser algo natural para Tomey, eran todo un reto: “Eran muy tímidos los besos con Susana. Yo tenía mucha pena de besarla. No es que no quisiera, ¡pero es que la admiraba tanto que me paralizaba!”, confesó.
Además, aclaró que su respeto por ella trascendía cualquier tipo de atracción: “El respeto y la admiración eran tan grandes que yo no tenía deseos de besarla. La besaba porque tocaba, pero dentro de mí pensaba: ‘¡Qué clase de papelazo!’”.
Un sueño hecho realidad
Tomey no escatimó en elogios para su compañera de reparto. “Susana era la actriz más carismática, no voy a decir bella porque eso ya se sabe, y más talentosa que ha tenido la televisión cubana”, aseguró. Ser su coprotagonista no solo era un honor, sino un desafío que lo empujaba a dar lo mejor de sí. “Ser protagonista con ella era como ganarse la lotería; no me lo creía”, añadió.
“Charito, te amo”
Cuando le tocaba declarar su amor a “Charito” en la telenovela, Tomey explicó que sus palabras estaban cargadas de un respeto casi reverencial. “Cuando le decía ‘Charito, te amo’, no podía sentir otra cosa que admiración. No era amor romántico, era algo sublime, como si estuviera frente a una diosa”, recordó.
“El respeto y la admiración era tan grande que yo no tenía deseos de besarla, yo la besaba obligado. Yo la admiraba como persona, no como mujer”, declaró.
Un legado inolvidable
A pesar de los nervios, Tomey aseguró que trabajar con Susana Pérez fue una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera. “Ella te obligaba a subir el nivel, te hacía mejor actor solo con estar a su lado”, afirmó.
“Sol de Batey” no solo marcó la televisión cubana, sino también la vida de quienes participaron en ella. Armando Tomey dejó claro que el talento y la humildad de Susana Pérez siguen siendo un referente para él y para muchos.
¿Te imaginas cómo habría sido estar en su lugar? ¡Déjanos tu opinión sobre esta pareja inolvidable de la pantalla chica!