La delincuencia en los campos de Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, con una nueva práctica que mezcla robo y extorsión. Este fenómeno, conocido popularmente como «secuestro», no afecta a personas, sino a bienes y animales, dejando en evidencia el grado de impunidad que prevalece en algunas zonas rurales del país.
¿Qué es el «secuestro» de bienes?
En el poblado de Alonso de Rojas, en el municipio Consolación del Sur, Pinar del Río, una residente denunció lo ocurrido a través de redes sociales. Según su relato, los delincuentes roban animales y objetos personales para luego exigir un «rescate» en efectivo, a menudo amenazando con dañar o matar a los animales si no se cumple con sus demandas.
«Han robado puercos y piden hasta 30,000 pesos por recuperarlos. Y no vayas a la Policía, porque no están, o si no, te matan el animal», escribió la denunciante en Facebook.
Robo en hogares y negocios
Este modus operandi no se limita a los animales. Según el testimonio, los ladrones se infiltran en casas y negocios, llevándose todo lo que encuentran de valor. «Cargan con todo dentro de la casa, pero lo más bonito, que son ninjas, porque nadie se entera de nada cuando roban o tienen miedo de hablar. Es triste lo que está pasando», comentó la afectada.
Incluso describió un caso cercano: «A mi cuñado le robaron el juego de comedor, la cama y el colchón. Aún no le han pedido dinero porque no ha ido al pueblo, pero estoy segura que lo harán cuando llegue».
El miedo a denunciar
Una de las situaciones más preocupantes es la falta de confianza en las autoridades. Muchos prefieren no reportar estos casos por temor a represalias, lo que deja a las familias en una posición de total vulnerabilidad. «No se puede decir nada a la Policía porque sería peor para la familia», aseguró la denunciante.
Esta falta de acción por parte de las autoridades, combinada con la creciente audacia de los delincuentes, ha generado un clima de inseguridad en el que los residentes evitan dejar sus hogares desatendidos.