Un acto de solidaridad que prometía aliviar la difícil situación de familias afectadas por el huracán Oscar en Guantánamo terminó en controversia. Las autoridades locales decidieron retener las donaciones del grupo humanitario «Huellas», lo que ha desatado una ola de críticas y frustración entre activistas y ciudadanos.
El bloqueo: una acción “anticubana y antiética”
Johanna Jolá Álvarez, líder del proyecto «Huellas», denunció en Facebook que las autoridades alegaron «violaciones a protocolos» como motivo para detener las ayudas. Sin embargo, el equipo considera que esta decisión carece de justificación. «Es indignante que se nos trate como si fuéramos delincuentes cuando solo hemos ido a ayudar», expresó el grupo, reflejando la frustración de quienes trabajaron durante semanas para recolectar alimentos, ropa, juguetes y equipos médicos esenciales.
¿Qué había en las donaciones?
El cargamento humanitario incluía artículos críticos como sillas de ruedas para niños con necesidades especiales, materiales de aseo y alimentos comprados específicamente para los damnificados. La intención era clara: ofrecer ayuda directa a comunidades en extrema necesidad de municipios como San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí.
Sin embargo, en lugar de permitir la entrega, las autoridades locales optaron por retener los recursos. Para “Huellas”, esta decisión es incomprensible: «Nada, absolutamente nada, justifica el bloqueo de donaciones en fin de año.»
La reunión con las autoridades: protocolos ambiguos
El conflicto escaló cuando el Gobierno Provincial de Guantánamo convocó al equipo a una reunión. Representantes como Daysi Sarmientos y funcionarios de Comercio Exterior argumentaron que las donaciones incumplían un procedimiento recién implementado.
El equipo señaló que, en sus dos visitas previas a la provincia, no habían enfrentado restricciones de este tipo. «Ni ellos mismos supieron explicar el supuesto protocolo establecido en los últimos 15 días», indicaron en su denuncia.
Hostigamiento hacia los beneficiarios
Además del bloqueo de recursos, el grupo denunció que los damnificados que asistieron a una cena de fin de año organizada por “Huellas” fueron interrogados por las autoridades. «Es increíble que hayan ido a interrogar a Joelmis y otros damnificados como si la solidaridad fuera un delito», compartieron.
Reconocimiento y frustración
A pesar de la adversidad, el equipo agradeció el apoyo recibido en viajes anteriores por parte de las autoridades de Salud Pública y Educación, quienes facilitaron su trabajo. Sin embargo, lamentaron que este esfuerzo conjunto fuera obstaculizado por lo que consideran un acto burocrático insensible.
En palabras de «Huellas»: «Priorizar un protocolo por encima del bienestar del pueblo es un acto indigno, anticubano, antiético y una falta de sensibilidad inexplicable.»