La publicación de la normativa en la Gaceta Oficial No. 128 del 30 de diciembre de 2024, que entra en vigor el 1 de enero de 2025, ha generado un intenso debate. El motivo principal: los altos costos asociados a la adquisición de medios de transporte, que dejan fuera del juego a la mayoría de los ciudadanos.
Precios que marcan la diferencia
Según el tipo de cambio oficial, los precios establecidos en dólares estadounidenses pintan un panorama complicado. Un auto estándar de combustión interna, con menos de cinco años de uso, costará 2,040,000 pesos cubanos, lo que equivale a unos 15,900 dólares. Si el vehículo tiene entre 5 y 15 años, el precio baja a 1,020,000 CUP (7,950 dólares), mientras que los modelos con más de 15 años se venderán por 510,000 CUP, aproximadamente 4,000 dólares.
El panorama es aún más sombrío para los autos de alta gama, cuyos precios superan los 3,500,000 CUP, equivalentes a 27,000 dólares. Estas cifras están completamente fuera del alcance de la mayoría de los cubanos, cuyo salario promedio mensual apenas cubre sus necesidades más básicas.
Motocicletas: una opción también costosa
Las motocicletas, frecuentemente vistas como una alternativa más económica, tampoco escapan a los precios elevados. Una motocicleta nueva con menos de cinco años costará 265,000 CUP (más de 2,000 dólares). Esto representa un esfuerzo financiero inalcanzable para la mayor parte de la población.
Impuestos que aumentan la brecha
A estos costos ya altos, se suman impuestos adicionales. El Impuesto Especial a Productos y Servicios incrementa el precio final, aplicándose de manera progresiva según el tipo de vehículo y su fuente de energía. En el caso de los autos de combustión interna y modelos de lujo, este impuesto puede llegar hasta el 35%.
Aunque el gobierno ha promovido el uso de vehículos eléctricos mediante incentivos fiscales, estos también traen costos ocultos. Por ejemplo, los compradores deben adquirir estaciones de carga, lo que encarece significativamente la inversión inicial. Si bien los autos eléctricos están exentos del impuesto especial en algunos casos, el elevado costo inicial los mantiene fuera del alcance de la mayoría.
Beneficios para unos pocos privilegiados
El nuevo marco legal también introduce beneficios exclusivos para ciertos sectores. Por ejemplo, colaboradores cubanos en el extranjero y personal diplomático podrán importar vehículos a precios reducidos y con exenciones fiscales. Esta disposición favorece a una minoría privilegiada, dejando a la mayoría de la población excluida de estas ventajas.
Límites en la adquisición de vehículos
La normativa también impone restricciones en cuanto al número de vehículos que una persona puede adquirir en un periodo de cinco años, fijando un máximo de seis unidades. Además, a partir del tercer vehículo, los impuestos aumentan significativamente, llegando hasta un 100% del precio del vehículo en la sexta adquisición.