En medio de una de las peores crisis económicas que ha enfrentado Cuba en décadas, los índices de robos, asesinatos y peleas callejeras están alcanzando niveles preocupantes. Este fenómeno, visibilizado a través de denuncias en redes sociales, medios independientes y organizaciones civiles, está dejando una huella imborrable en las familias cubanas.
Historias de dolor que conmueven a una nación
Los casos de violencia extrema se multiplican. En Bayamo, Walfrido López Rodríguez, un joven de apenas 16 años, perdió la vida tras recibir cinco puñaladas en octubre pasado. Su abuela, Nydia Rodríguez, resumió el impacto de esta tragedia: “Aquí hay mucha violencia”.
Historias similares se repiten. En Cienfuegos, Raúl Artiz Suárez del Villar, de 17 años, fue asesinado el mismo mes, dejando a su familia destrozada. “Esto es muy doloroso e irremediable”, expresó su abuelo, Antonio Suárez del Villar.
En Bauta, provincia Artemisa, Brayan Quesada Leyva, de 20 años, fue asesinado para robarle su moto. Su madre, Iraida Leiva, relató con dolor: “Yo no tengo vida. Esto es en toda Cuba, la violencia que hay es grande”.
La escalada de crímenes en cifras
Un informe de la organización independiente Cuba Siglo XXI documentó 432 delitos entre enero y junio de 2024, lo que equivale a un promedio de 2.37 crímenes diarios. Esta cifra representa un aumento preocupante respecto al año anterior y evidencia el deterioro de la seguridad pública en el país.
Violencia estructural y género: un problema sistémico
Según la socióloga Teresa Díaz, la raíz de esta crisis radica en la necesidad de un cambio profundo en el sistema político y social. Además, destacó el impacto de la violencia ejercida en las cárceles, donde se han registrado al menos 73 muertes de prisioneros en el último año, según el Centro de Prisiones de Cuba.
Por otro lado, la violencia de género sigue siendo un flagelo ignorado por el marco legal cubano. Aunque las organizaciones civiles han exigido la tipificación del feminicidio, el Código Penal vigente no reconoce este delito. En lo que va de 2024, los observatorios independientes Alas Tensas y Yo sí te creo en Cuba han documentado 55 crímenes machistas.
Uno de los casos más impactantes ocurrió en La Habana, donde Yidania Santos Peña sobrevivió a un intento de feminicidio perpetrado por su expareja en septiembre. Durante el ataque, perdió una mano y los dedos de la otra. Su hermana denunció la falta de apoyo de la policía: “Nos trataron bastante mal cuando fuimos a hacer la denuncia”.
Una sociedad que clama por soluciones
La violencia en Cuba no distingue edades ni circunstancias. En diciembre, en Sagua La Grande, fueron asesinados Meivys Díaz Báez, de 24 años; su esposo, Yuniel Jiménez; y la hija de este, Yenly Jiménez Pérez, de 12 años. Mientras tanto, en Pinar del Río, Yoandri Montesino fue atacado junto a dos personas que intentaron socorrerlo.
Ante este panorama, la sociedad civil ha comenzado a organizarse. En 2023, casi una veintena de organizaciones lanzaron la propuesta Shanti, una estrategia integral para combatir la violencia en la isla.
Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente de DFrente y del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, señaló que “la violencia es el principal desafío que enfrenta el país de cara al futuro”. Según Morúa, el incremento de la violencia está directamente relacionado con la degradación del sistema político cubano, que ha dado lugar a un entorno de inseguridad generalizada.
