¡El ídolo de Güines lo hizo otra vez! Leinier Domínguez, uno de los más grandes exponentes del ajedrez cubano, cerró su participación en el Campeonato Mundial de partidas rápidas en Nueva York ocupando el cuarto lugar. ¿Lo mejor? Lo hizo invicto, acumulando nueve puntos y quedándose a solo media unidad del podio.
El torneo, que reunió a los mejores ajedrecistas del mundo, vio a Domínguez enfrentarse a figuras destacadas como el noruego Elham Amar y el estadounidense Hans Moke Niemann, a quienes venció con piezas blancas. También derrotó con negras al español José Carlos Ibarra y al azerí Eltaj Safarli. Aunque sus siguientes partidas terminaron en empate, logró una victoria clave contra Brandon Jacobson en la ronda 11, consolidando su posición en la tabla.
El evento utilizó el sistema suizo, con partidas rápidas de 15 minutos y un incremento de 10 segundos por movimiento. Pero la acción no termina aquí: entre el 30 y 31 de diciembre se disputará la versión Blitz del campeonato, donde Leinier tendrá que demostrar su velocidad mental con solo 3 minutos por partida.
Este resultado no es un caso aislado para Leinier. En octubre, el Gran Maestro también se lució al obtener el segundo lugar en el Campeonato Nacional de Ajedrez de Estados Unidos, celebrado en el prestigioso Club de San Luis. En esa ocasión, su victoria decisiva contra el joven talento Awonder Liang fue uno de los momentos más destacados del torneo.
Además, en septiembre, Leinier llevó al equipo de Estados Unidos al segundo lugar de la Olimpiada de Ajedrez en Budapest, un logro más en una carrera llena de éxitos. Con 2,741 puntos ELO, sigue demostrando por qué es uno de los mejores ajedrecistas del mundo.
A pesar de sus logros, su relación con Cuba ha sido complicada. En 2018, fue criticado por medios oficiales cubanos tras conquistar el segundo lugar en el campeonato estadounidense. Sin embargo, recientemente, la Federación Cubana de Ajedrez insinuó que podría regresar al organismo, destacando su estatus como uno de los mayores talentos nacidos en la Isla después de José Raúl Capablanca.
Leinier Domínguez no solo es un maestro en el tablero, sino también un símbolo de perseverancia y orgullo para la diáspora cubana. Su desempeño en Nueva York es un recordatorio de su inquebrantable habilidad y su pasión por el ajedrez. ¡Sin duda, un campeón dentro y fuera del tablero!