En un giro que pocos esperaban, el régimen cubano ha tenido que reconocer que la delincuencia sigue siendo un problema grave en la Isla. Durante todo el año 2024, las redes sociales se han convertido en un espacio donde los ciudadanos exponen hechos violentos, dejando en evidencia lo que los medios oficialistas tratan de ignorar.
¿Qué dice el gobierno sobre la criminalidad?
En un reciente mensaje en Twitter, el gobierno aseguró que uno de sus principales objetivos es reducir el delito, la corrupción y las indisciplinas sociales mediante la prevención y el enfrentamiento. A pesar de estas declaraciones, el panorama sigue siendo preocupante para los cubanos.
Según datos oficiales, el registro delictivo en 2024 se mantiene elevado, aunque las autoridades insisten en que hay una «tendencia a la disminución». Entre los pocos avances mencionados, aseguran que los hechos que afectan a la masa ganadera han disminuido. Sin embargo, esta narrativa parece alejada de la percepción de la población.
Promesas oficiales que no convencen
En octubre, el Ministerio del Interior (MININT) admitió que, aunque la criminalidad sigue alta, se ha registrado una leve reducción comparada con el mismo período del año anterior. Manuel Marrero Cruz, primer ministro, reconoció:
«Aunque se avanza en algunos asuntos e indicadores, el pueblo todavía no ve los resultados.»
Marrero añadió que, aunque ciertos indicadores muestran progreso, estos avances solo serán significativos cuando la población los perciba directamente en su día a día.
¿Inseguridad real o manipulación mediática?
Por su parte, Maricela Sosa Ravelo, vicepresidenta del Tribunal Supremo, afirmó en una entrevista con la BBC que la inseguridad en Cuba es un problema exagerado por las redes sociales y atribuyó las críticas a campañas difamatorias promovidas desde Estados Unidos. Según ella, la Policía tiene un alto índice de resolución de crímenes y cuenta con la confianza del pueblo.
Sin embargo, las declaraciones oficiales chocan con la realidad que se vive en las calles. Las redes sociales se han convertido en un canal vital para que los ciudadanos denuncien casos de violencia y expongan la inacción policial.