La carne de cerdo, un símbolo de la Nochebuena en Cuba, ha pasado de ser una tradición a convertirse en un lujo casi inalcanzable. En los últimos cinco años, el país ha perdido más del 85% de su producción porcina, afectando no solo las mesas cubanas, sino también la economía de los productores y emprendedores.
Precios por las nubes y escasez generalizada
En 2020, una libra de carne de cerdo costaba entre 40 y 50 pesos cubanos. Sin embargo, según los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el precio actual ronda los 700 pesos. Esta cifra representa aproximadamente un tercio del salario mínimo en la Isla, que es de unos 2,100 pesos mensuales.
Mientras tanto, la producción porcina ha tocado fondo. En 2017, los productores privados entregaban unas 200,000 toneladas de carne al Estado. Para 2023, la cifra cayó drásticamente a solo 13,300 toneladas, según informes oficiales presentados en el programa estatal Mesa Redonda.
El impacto en los productores independientes
El colapso del sector también ha golpeado a los criadores de cerdos. Muchos abandonaron la actividad debido a incumplimientos de contratos por parte del Estado, mientras otros enfrentaron procesos judiciales o simplemente emigraron en busca de mejores oportunidades.
Guillermo del Sol, un exproductor de Santa Clara, relató su experiencia con la empresa estatal porcina: «Quedaron debiéndome alrededor de 40 toneladas de pienso y más de 60 toneladas de afrecho que nunca nos entregaron. Esto no es un caso aislado; cientos de criadores en Cuba han pasado por lo mismo.»
En Sancti Spíritus, Adriano Castañeda, periodista independiente, describió un panorama desolador: «Cochiqueras vacías y criadores en prisión. Los que pudieron, se marcharon del país.»
En Holguín, Teresa Miranda Céspedes recordó cómo los más exitosos criadores fueron perseguidos por las autoridades, llevándolos incluso a la cárcel.
El futuro de la producción porcina en Cuba
La situación parece insostenible. Según Vladimir Ríos Cruz, un campesino de Sancti Spíritus, «el puerco se ha hecho insostenible; no hay manera de mantener la producción sin recursos.»
En Pinar del Río, la realidad no es distinta. José Rolando Cáseres, activista local, advirtió sobre la difícil decisión que enfrentan muchas familias este diciembre:
«La carne de cerdo es un lujo. Su precio supera los 800 pesos por libra, y muchos simplemente no podrán permitírsela.»
¿Crisis económica o cacería de brujas?
Esteban Ajete Abascal, líder de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba, señaló que el colapso del sector no solo es económico, sino también político: «Esto se convirtió en una cacería de brujas. A muchos productores les decomisaron sus bienes, incluso sus casas. La acusación de enriquecimiento ilícito se ha convertido en un arma contra ellos.»
De tradición a incertidumbre
Este panorama ha transformado lo que antes era una tradición accesible para las familias cubanas en una fuente de incertidumbre. Para muchos, esta Nochebuena no tendrá lechón asado, un símbolo de celebración que ahora parece reservado para unos pocos privilegiados.
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