Un incendio de grandes magnitudes ha consumido desde horas de la tarde noche de este 26 de diciembre los edificios del Círculo Social La Concha, ubicado en el municipio habanero de Playa, un lugar emblemático que ha sido testigo de la evolución social y arquitectónica de La Habana a lo largo de las décadas.
Aunque no se conocen las causas que lo originaron, las imagenes que circulan en las redes sociales muestran la magnitud de las llamas, que luego de ser medianamente controladas, volvieron a tomar fuerza, consumiendo gran parte la instalación, que desde hace décadas esta casi en total abandono.
Orígenes y esplendor
Inaugurado en 1929, La Concha se estableció como un club de playa en Marianao, diseñado por la firma neoyorquina Schultze & Weaver. Este balneario se destacó por su arquitectura elegante y su ambiente inclusivo, ofreciendo a diversas clases sociales la oportunidad de disfrutar de las comodidades marítimas sin incurrir en gastos excesivos. Su ubicación estratégica en 3ra y 120 lo convirtió en un refugio ideal para escapar del calor tropical y el ajetreo laboral.
Transformaciones post-revolucionarias
Tras los cambios políticos de 1959, muchos clubes privados, incluyendo La Concha, fueron nacionalizados y convertidos en Círculos Sociales Obreros. Estos espacios se destinaron al esparcimiento de los trabajadores, democratizando aún más el acceso a instalaciones recreativas que anteriormente eran exclusivas.
Deterioro y abandono
Con el paso del tiempo, y debido a factores como la proximidad al mar y la falta de mantenimiento adecuado, La Concha comenzó a mostrar signos de deterioro. Las estructuras que alguna vez brillaron por su esplendor arquitectónico se encuentran hoy en un estado lamentable, reflejando el abandono y la desidia que han afectado a muchos de estos antiguos clubes en Cuba.
Situación actual
En la actualidad, La Concha permanece en ruinas, siendo un recordatorio silencioso de una era pasada. A pesar de su potencial como atractivo turístico y espacio comunitario, no se han llevado a cabo esfuerzos significativos para su restauración o reutilización. Este abandono no solo representa una pérdida patrimonial, sino también una oportunidad desaprovechada para revitalizar la zona y ofrecer a la comunidad un espacio de recreación y encuentro.