Cuando hablamos de la Navidad, muchos pensamos en mesas llenas, risas y familia. Pero este año, para muchos cubanos, la realidad es distinta. Sin embargo, el humorista Ulises Toirac nos recuerda que, aunque falte la comida, no puede faltar el amor. ¡Y qué mensaje tan necesario!
La Navidad en casa de Ulises: una tradición a prueba de todo
Ulises comenzó su reflexión recordando cómo, desde niño, en su casa siempre se celebró el 24 de diciembre. Ni las prohibiciones más severas lograron romper esa tradición que sus padres y abuelos mantuvieron con amor y determinación. “Aun en los momentos más extremos”, confesó, la familia se reunía para celebrar.
La unión como el verdadero regalo
En esas noches especiales, cada miembro de la familia tenía una tarea. Hasta los más pequeños contribuían, haciendo cadenetas para adornar la casa. “Navidad y Nochebuena siempre significaron unión y fiesta, fechas de reencuentros y abrazos”, compartió Toirac. Incluso las diferencias quedaban fuera de la mesa, porque el espíritu navideño siempre triunfaba.
Un deseo especial para los cubanos
“Este año tan jodido”, como lo describió Ulises, hace más importante que nunca recordar ese espíritu. “Puede que no haya comida en nuestras mesas, como aquellas que recuerdo y jamás he vuelto a tener, pero no podemos permitirnos que falte el amor”, enfatizó. Y es que, según el humorista, la armonía familiar puede dar una paz interior que ninguna cena lujosa podría reemplazar.
El mensaje que todos necesitamos
“Solo así podremos tener la fiesta que queremos, la que deseamos todos”, concluyó Ulises Toirac en su emotivo mensaje. En un año lleno de dificultades, sus palabras son un recordatorio de que, aunque las cosas materiales falten, el amor y la unidad siempre pueden llenar nuestros corazones.
Con su toque sincero y humano, este mensaje navideño del humorista ha resonado profundamente entre los cubanos, mostrando que incluso en los tiempos más duros, el espíritu de la Navidad puede brillar con fuerza.