En una ciudad que atraviesa una profunda crisis energética, una casa en La Habana ha vuelto a hacer historia este 2024, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y creatividad. Cada año, la fachada de esta casa es adornada con una impresionante decoración navideña que atrae a vecinos y curiosos de todos los rincones del municipio Diez de Octubre. Este acto, que para muchos parece un simple adorno, es un gesto de resistencia y alegría en tiempos de penurias.
La casa, ubicada en la esquina de San Benigno y Santa Irene, cerca del parque Santos Suárez, se ha ganado la fama no solo por sus brillantes decoraciones, sino también por las medidas de seguridad que toman para preservar la magia navideña. Incluso cuenta con custodios nocturnos que vigilan las decoraciones para evitar que sean robadas, lo que solo aumenta su valor simbólico en un país donde las dificultades económicas son parte del día a día.
Un toque de esperanza en tiempos de oscuridad
El periodista Mario Vallejo compartió su impresión en Facebook, destacando el significado de este gesto en el contexto cubano: “Esto es algo nuevo para los cubanos: la Navidad, en estos tiempos, es un entretenimiento; es algo no visto por algunos”. En medio de un escenario donde el acceso a recursos básicos es limitado y las restricciones energéticas afectan la vida cotidiana, esta casa se convierte en un faro de luz, tanto literal como figurativamente, para aquellos que buscan un respiro de la rutina diaria.
El espíritu navideño, tradición que persiste
Varios comentarios en las redes sociales revelan que no es la primera vez que los vecinos de la zona se benefician de esta tradición navideña. Ismara Rodríguez, quien vive cerca del lugar, comentó que “es tradicional que esos vecinos adornen así. En medio de un barrio tan popular, es muy llamativo y alegra algo el vecindario”. Por su parte, Dalila Castillo recordó que, «no es algo nuevo, hace muchos años lo hacen. Trabajaba muy cerca del lugar, en el barrio de Santos Suárez, y es algo que hacen todos los años, un bonito detalle que pocos pueden hacer en estos tiempos».
Esta tradición, lejos de ser un simple adorno estético, se convierte en un acto de resistencia cultural, un recordatorio de que las festividades navideñas siguen vivas en el corazón de muchos cubanos, a pesar de las dificultades.
Recuerdos de tiempos difíciles
Sin embargo, este gesto de alegría no está exento de controversia. En los comentarios, varios usuarios compartieron recuerdos de épocas en las que la celebración de la Navidad estaba prohibida en Cuba. Jerry García recordó cómo el año anterior, las decoraciones de Navidad en la misma casa fueron “quitas por un teniente”, lo que genera una reflexión sobre la censura y las restricciones en torno a las festividades religiosas y culturales.
Uno de los comentarios más emotivos fue el de Raúl Ángel, quien rememoró: “Recuerdo a mi padre botando a la basura todo de Navidad, muy triste, porque eso era burgués e imperialista y no revolucionario, y eras el enemigo. ¡Jamás lo olvidé!”. Este tipo de recuerdos son comunes entre muchas familias cubanas que vivieron las restricciones de la Revolución y la persecución de las celebraciones que no coincidían con los ideales del régimen.
El debate sobre la prohibición de la Navidad
A raíz de estos testimonios, varios usuarios aprovecharon para reflexionar sobre el impacto de las prohibiciones pasadas. Kimberly Elliott expresó su asombro: “¿Eso es verdad que era prohibido? ¿Alguien me puede explicar en qué año fue esto y quién lo prohibió?”. Por su parte, Yuli Lorenzo recordó cómo, en los años 80, “mi abuela ponía un arbolito escondida para que no lo vieran los vecinos porque era prohibido”. Estas historias evocan un periodo muy complicado para la sociedad cubana, cuando hasta las más pequeñas tradiciones eran vistas como actos de rebeldía.
Mario Herr también rememoró la prohibición de los arbolitos de Navidad bajo el mandato de Fidel Castro, un episodio que marcó a toda una generación. “Recuerdo cuando el dictador Fidel Castro prohibió los arbolitos de Navidad y muchas cosas más,” apuntó.
La Navidad cubana, en su versión 2024
A pesar de las dificultades, la tradición navideña sigue viva en Cuba. No es la primera vez que una familia cubana decide llenar las calles de luces y color. En 2023, por ejemplo, una vivienda en La Habana decoró su fachada con inflables navideños que se hicieron virales en redes sociales, generando una gran admiración.
El espíritu navideño en Cuba no solo se refleja en decoraciones, también en iniciativas solidarias. Este 2024, el Bar K5, ubicado en Guanabo, ha anunciado una iniciativa solidaria para ofrecer una comida especial a los más vulnerables de la comunidad, como niños en situaciones familiares difíciles, ancianos desprotegidos y personas sin hogar.