En la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel volvió a recurrir a su arsenal de frases emblemáticas, destacando que los cubanos son héroes que están «en la lucha y sin llorar». Un mensaje que, aunque intenta inspirar, llega en un contexto de extrema crisis económica y social.
Díaz-Canel aseguró que millones de cubanos forman parte de «una revolución que resiste y se rehace incesantemente». «Si alguien les pregunta en qué andan, dirán que están en la lucha, en la pelea, fajados, sin llorar, sin arrodillarse…», expresó en uno de los momentos más aplaudidos de su intervención.
Más culpas hacia el «norte revuelto»
El discurso, cargado de pausas estratégicas para recibir aplausos de los diputados presentes, volvió a centrar los problemas de Cuba en el embargo económico de Estados Unidos, evitando asumir cualquier responsabilidad por la gestión interna. Mientras tanto, la realidad en las calles pinta un panorama diferente, con una crisis económica sin precedentes que ha llevado a muchos cubanos a pasar hambre.
Entre las afirmaciones más desconectadas de la realidad, Díaz-Canel aseguró que los niños cubanos están «siempre alegres», ignorando el hecho de que cada vez son más los menores que deben salir a vender en las calles para ayudar a sus familias.
Héroes que enfrentan las carencias
El gobernante no dejó de alabar a quienes trabajan en condiciones difíciles, destacando a los obreros que reparan termoeléctricas o postes caídos tras un huracán. Sin embargo, omitió mencionar que gran parte del deterioro de esas infraestructuras se debe a años de desatención y falta de inversión, mientras el gobierno prioriza la construcción de hoteles.
«La familia que plancha la camisa escolar a como dé lugar, y a toda hora frente a las cazuelas de la casa» también recibió elogios de Díaz-Canel. Pero, ¿están esas familias frente a las cazuelas esperando que llegue la electricidad o pensando qué cocinar con los pocos alimentos disponibles?
Críticas a los detractores en redes sociales
El mandatario no perdió la oportunidad de arremeter contra los cubanos que lo critican en redes sociales, calificándolos como parte de una campaña de odio contra la revolución. «Da vergüenza ver a cubanos y cubanas nacidos, crecidos y preparados profesionalmente aquí, como destilan odio, rabia y desprecio contra la nación que los formó», afirmó.
Según Díaz-Canel, navegar en Internet se ha convertido en un ejercicio de esquivar «obscenidades, insultos y mentiras», dirigidas a quienes ostentan algún cargo en el país. Estas declaraciones reflejan el descontento que percibe el gobierno en las plataformas digitales, donde muchos cubanos expresan su frustración ante la situación actual.