El Ministerio del Comercio Interior de Cuba (MINCIN) informó que no podrá garantizar la distribución de leche en polvo para todos los niños en la canasta familiar normada correspondiente al mes de diciembre. Este anuncio, que impacta directamente en las familias cubanas, ha generado una oleada de críticas y cuestionamientos sobre la gestión gubernamental de los recursos básicos.
Según el comunicado oficial, en lugar de leche en polvo, algunos menores recibirán un kilogramo de mezcla de chocolate para desayuno. Una solución que, lejos de resolver el problema, evidencia la magnitud de la crisis alimentaria en la isla.
Distribución desigual: leche para unos pocos, mezcla para la mayoría
El MINCIN detalló que los niños de 0 a 2 años tendrán garantizada la leche hasta el 10 de enero de 2025. Sin embargo, las alternativas varían según la región. Por ejemplo, en provincias como Mayabeque, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Camagüey y Las Tunas, los niños de entre 6 meses y 1 año recibirán leche fluida. En cambio, en Artemisa, Matanzas, Cienfuegos y Granma, los menores de 2 a 6 años tendrán acceso a leche fresca.
Pero para gran parte del país, donde tradicionalmente se entregaba leche en polvo, la solución será una mezcla de chocolate. Esta decisión refleja no solo la carencia de recursos, sino también el deterioro continuo del sistema de distribución de productos básicos en Cuba.
Un lujo inalcanzable: el precio de la leche en el mercado informal
La crisis de la leche en polvo no es nueva. Se ha convertido en un alimento casi imposible de adquirir para muchas familias cubanas. Según reportes, un kilogramo de leche en polvo puede costar hasta 5,000 pesos en el mercado informal, una cifra que supera con creces el salario mínimo y está lejos del alcance de la mayoría.
Mientras tanto, las redes estatales enfrentan una escasez crónica que ha dejado a muchas familias sin opciones viables para suplir las necesidades alimenticias de los más pequeños.
Subsidios eliminados y una libreta cada vez más vacía
La escasez de leche se enmarca en una crisis más amplia. El gobierno ha eliminado subsidios a varios productos básicos, lo que ha agravado el descontento popular. Esta medida, justificada por las autoridades como una respuesta a las «dificultades económicas extremas», ha tenido un impacto devastador en los hogares cubanos.
En provincias como Artemisa y Villa Clara, los ciudadanos han reportado interminables filas y retrasos en la entrega de productos normados como arroz y aceite. La libreta de abastecimiento, que durante décadas fue un salvavidas para muchas familias, ahora se enfrenta a una erosión constante que hace que medidas como la sustitución de leche en polvo por chocolate parezcan una burla a las necesidades básicas.